28 junio, 2006

Los nuevos tiempos en la Junta Nacional

Como lo hemos dicho muchas veces en ATINA BOMBEROS, el cambio de Presidente Nacional es un acontecimiento muy grande que representa una enormidad de desafíos para el que lo asume.

La gestión de don Octavio Hinzpeter, fundador de la Junta y gran impulsor de ella y al que nadie puede desconocerle el mérito de haberla llevado a la situación actual tras 35 años presidiéndola, merece todo tipo de elogios y agradecimientos.

No obstante todo lo bueno, ineludiblemente al ser reelegido tantas veces por tantos años, el ejercicio de la gestión se va personalizando transformándose en una dirección basada en el conocimiento y la experiencia, esta última como todos sabemos, imposible de traspasar a otro, dejando espacios que una nueva persona demora en cubrir para ejercer un mandato eficiente.

Ésa ha sido mi preocupación desde hace mucho tiempo, lamentablemente no compartida por otros miembros del Directorio y la hemos consignado también en ATINA BOMBEROS, la última vez tres artículos atrás y que es la ausencia de reglamentos, políticas y procedimientos para que otra persona pueda gerenciar la Junta.

Pero la Asamblea Nacional estimó que estaban dadas las condiciones y habló.

Por esa singular característica, la labor del Directorio 2006 – 2008, según yo, si quiere apoyar eficientemente a don Miguel Reyes para que como nuevo presidente pueda realizar su gestión., en forma inevitable va a tener que normar con celeridad y con un amplio y generoso apoyo del actual presidente.

¿Por qué la afirmación?

Simplemente porque desde mi modesto punto de vista, es la única forma de despersonalizar la administración - si es que el nuevo presidente lo quiere hacer - ya que el directorio es el mismo (salvo un nuevo vice) y el Presidente Honorario tiene derecho a voz y voto, por lo que de no hacerse una innovación de este tipo, todo seguiría igual, administrándose por excepción al igual que ahora y en el fondo entregándole todas las decisiones al Presidente Honorario, que tiene la experiencia al conocer las historias, virtudes y defectos de cuerpos y bomberos.

Que lo ha hecho bien no hay duda y se agradece, pero ahora lo importante es que otra persona también pueda hacerlo bien.

Por supuesto una gran diferencia es que el Representante Legal y por ende el responsable ante los bomberos y la sociedad será otra persona.

Aunque suene a demasiado reiterativo, creo que es muy difícil administrar con ecuanimidad si no existen políticas o normas claramente definidas y que se cumplan a cabalidad, ya que si no están, no se puede hablar de tener derechos sino de esperar favores, lo que no me parece justo ya que en el fondo todos los cuerpos son codueños de los recursos y la Junta debe sólo administrarlos bien.

Creo que así planteadas las cosas, el Directorio Nacional tendrá un rol preponderante, para apoyar eficazmente la decisión que tuvo la Asamblea Nacional al elegir a don Miguel Reyes en el cargo de presidente.

Por si algún lector no lo tiene claro, la Asamblea Nacional, que elige a los oficiales nacionales está conformada por los presidentes y primeros vicepresidentes regionales, siendo los presidentes regionales a su vez Directores Nacionales.

Hay algo que para mí está claro: Los miembros de la asamblea tienen que haber analizado el cambio que se produciría al reemplazar al actual presidente acatando su voluntad, ya que él se ha dedicado todos los días a administrar la Junta, lo que no sería igual con otra persona, por lo que obviamente habrá que modificar la estructura ejecutiva.

Y para eso, es imprescindible definir normas y políticas claras, escritas y hacerlas cumplir.

Personalmente desconozco (porque tampoco me corresponde) la existencia del proyecto de gestión que don Miguel Reyes presentó a sus simpatizantes en la Asamblea que al final lo eligió. Sería interesante poder conocer lo que están pensando los representantes de los 35.000 bomberos, pero ya se sabrá a su tiempo, ya que no es posible imaginar que el nombre del Sr. Reyes haya surgido sólo como consecuencia de la decisión de no continuar del actual presidente.

Esa diferente visión tendrá que ser apoyada en forma real por el Directorio para que pueda recibir las herramientas que necesite.

Muchas veces sucede en organizaciones y en bomberos por supuesto, que los electores se deciden por una persona, la felicitan, le desean éxito y después se sientan a esperar que haga milagros, dejándola totalmente sola. Supongo y espero que en esta ocasión no sucederá lo mismo ya que en el directorio nacional hay muchas personas con conocimientos y que tienen alta representación de sus cuerpos, por lo que están muy concientes del constante y amplio apoyo que deben brindar al recién electo.

Para ATINA BOMBEROS, es un desafío enorme el que tiene el nuevo presidente, sobre todo que las primeras decisiones marcarán el rumbo que tomará: Se anuncian y promueven cambios que permitan descentralizar y despersonalizar la gestión de la Junta Nacional o todo sigue absolutamente igual.

“Hay que hacer los cambios necesarios para que todo siga igual” (de la novela GATOPARDO)

19 junio, 2006

Sorpresa, explicación y los mejores deseos de éxito


El recién pasado sábado 17 de junio, la Asamblea Nacional de Bomberos de Chile eligió como nuevo Presidente Nacional al abogado y Superintendente del Cuerpo de Bomberos de Florida, Octava Región don Miguel Reyes Núñez, que desde hace seis años se desempeñaba como uno de los Vicepresidentes de la Junta Nacional.

Como lo habíamos expresado antes en ATINA BOMBEROS, a pesar de los anuncios hechos desde hace dos años por don Octavio Hinzpeter, pensábamos que la Asamblea lo reelegiría, lo que podría haber sido lógico desde nuestra opinión, ya que consideramos que no estaban dadas las condiciones para el traspaso del mando que por 35 años ejercía en la Junta.

Reconocemos el error de apreciación y deseamos dejar muy en claro que al opinar en un artículo anterior a éste, que no sería bueno que llegase una persona nueva como producto de un cambullón, jamás habríamos relacionado que la elección de don Miguel Reyes pudiera considerarse como tal, sino muy por el contrario ya que es un dirigente experimentado.

Si bien es cierto que el nombre del Sr. Reyes se había escuchado como un candidato, seguimos pensando que la asamblea insistiría en el Sr. Hinzpeter lo que según la página web de la Junta aparentemente no sucedió, ya que éste mantuvo su posición de no presentarse para su reelección y apoyar al Sr. Reyes.

Con este nombramiento se produce un hecho de gran realce en la historia de la Junta Nacional ya que como se había dicho antes, es un gran desafío reemplazar al actual Presidente, que ha participado en la Junta desde su creación, ha sido su gran impulsor y la ha presidido por 35 de sus 36 años de vida, llevándola a la situación en que hoy se encuentra para bien de los Bomberos de Chile.

También como lo habíamos consignado en otros artículos de ATINA BOMBEROS, la asamblea nombró a don Octavio Hinzpeter como Presidente Honorario, cargo vitalicio que le permitirá seguir participando con voz y voto en todas las instancias de la Junta Nacional.

Estamos por lo tanto ante un hecho histórico para los Bomberos, con una tarea muy importante y no exenta de dificultades que deberá abordar don Miguel Reyes, pero que con su capacidad y el apoyo que le brindarán los Bomberos, estamos seguros que será coronada por el éxito.

Como cuando sucede todo cambio, vendrán tiempos de ajuste, de los que se irá saliendo adelante a medida que se implementen también otros apoyos, los que de seguro se proporcionarán.
Nuestro pensamiento al respecto ya ha sido explicitado en varias oportunidades y lo seguiremos haciendo en el futuro, pero no ahora.

Desde nuestro ATINA BOMBEROS expresamos un sincero agradecimiento a don Octavio Hinzpeter por su brillante gestión en todos estos años, donde se obtuvo mucho para el bomberismo chileno.

Y por supuesto con mucho afecto deseamos el mejor de los éxitos a don Miguel Reyes en su muy importante misión.

ATINA BOMBEROS

09 junio, 2006

Los Bomberos y las platas


Siempre aparecen los bomberos quejándose por plata.

Parece que no se aburrieran nunca y el gobierno tampoco les hace caso.

Es como un ladrido de perro y como perro que ladra no muerde...

Casi parece simpático. Daría la impresión que todos están de acuerdo en que aunque la cifra de 38% de aporte del Estado es muy baja, el resto del gasto del servicio lo deben financiar los bomberos con sus cuotas, pidiendo limosnas, haciendo rifas, etc.

Y todos dicen “ OH “ “Increíble”. “Mira ah”. “Puchas” “Penca”

¿Quién se preocupa de pedir que se aumenten las subvenciones?

¿Alguien piensa que el Gobierno debería tomar una posición respecto a los bomberos?

Si se leen las conversaciones de los que escriben en las páginas de bomberos, hay una gran convergencia en cuanto a que a todos les carga rogar por plata y descargan sus molestias contra la Junta y el destino que les da.

Por otro lado la Junta en su página web siempre está entregando un mensaje positivo: visitas a felicitar al presidente o a recibir carros nuevos. No hay denuncias ni reclamos.

La Junta tiene un estupendo equipamiento, con sistemas computacionales que permiten hasta la diaria transmisión en vivo, que supongo debe ser vista por muchos bomberos. También información sobre sus actividades y las del voluntariado chileno, del orfeón nacional, del departamento médico, de agradecimientos a bomberos.

¿Entonces de qué se quejan los bomberos?

¿O cual es la realidad de los bomberos? O ¿Hay varias realidades?

Está claro que hay unos dos o tres Cuerpos en Chile que se manejan bien con la subvención estatal y los buenos recursos que obtienen de la comunidad.

¿Y los otros 300?

Hoy aparece en El Mercurio de Valparaíso, que la Municipalidad aún le adeuda $ 75 millones a los bomberos del Puerto, desde hace cuatro años. Pero da lo mismo.

Por las indemnizaciones de los accidentados en el derrumbe de una pasarela en un año nuevo se va a vender un bien municipal, pero para la deuda con los bomberos, que importa.

En el titular del diario aparece que no se descarta un paro, pero ¿ le importará al alcalde?

Uno ve que cuando los gremios o actores sociales como les llaman hoy presionan, el gobierno saca plata, no del cobre que es puntual, pero de alguna parte y soluciona el problema (o apaga el incendio en nuestro lenguaje).

Ahora se está hablando que se cambiará el destino del 10% de la ley del cobre que se entrega a las FFAA, para lo cual posiblemente se hará un estudio, pero ¿alguien habrá pensado que a los bomberos el estado le subvenciona el 38% de sus gastos operativos ya que de remuneraciones no hablamos? ¿Se pensarán considerar? ¿Alguien propondrá que se consideren?

Los Cuerpos piden préstamos para pagar multas de las inspecciones del trabajo por no pagar sobretiempo a los cuarteleros conductores que viven en el cuartel, pero ¿alguien lo denuncia con fuerza?

El Estado no da los medios y de la mísera subvención del 38% los bomberos deben sacar plata para pagar multas al Estado.

Es tan ridículo como comprobar que el 19% de esa mísera subvención se devuelve al estado mediante el pago del IVA.

¿Y nadie entiende eso? ¿Y cuando lo vamos a gritar golpeando la mesa?

En Chile hay que gritar y amenazar para que las autoridades pongan atención, si nó pregúntenle a los estudiantes ahora o antes a los profesores o los trabajadores de la salud.

Claro que nosotros sólo somos un poco más de 35.000 no más y no somos trabajadores fiscales, pero atendemos las necesidades de 16 millones de personas, claro que como “el que no llora no mama”...

¿Qué esperamos para protestar? ¿A qué le tememos?

Una exitosa gestión de los bomberos no se puede medir sólo en obtener carros nuevos.

Hay mucho más que hace falta, por ejemplo:

- Que el Estado elija entre dictar una legislación adecuada para que los cuerpos no sigan pagando multas por la función de los cuarteleros conductores o triplicar la subvención actual para cumplir con la ley. Pero no dejarle el problema a los bomberos.

- Subvenciones aumentadas para evitar el tremendo desgaste de los bomberos mendigando y poder dotarlos de mejores elementos de protección personal y extinción.

- Y tantas otras...

Pero si se pide como caballeros a nadie del gobierno le importa.

Entonces ¿necesitaremos hacer manifestaciones o paros como lo anuncia Valparaíso, el Cuerpo madre?

Seguramente si se llegara a materializar, surgirán otros bomberos que lo criticarán: ¿Por qué? ¿Porque no es de caballeros? Porque no es el espíritu de los fundadores? Porque no se debe?

No faltarán los que dirán que es un problema de gestión: ¿En qué? En conseguir que la municipalidad le aumente la subvención de $ 20 millones? O que les pague la deuda? O que la intendencia pague lo que debe aún? O que los privados se pongan más? ¿O dejar compañías fuera de servicio como lo han hecho otros?

Entonces ¿Qué es lo que se quiere o hasta qué se espera que resistan los bomberos?

Hay que mirar con cuanto esfuerzo se realizan las funciones en los cuerpos pequeños y más pobres. Cuanto se sacrifican los bomberos y bomberas para obtener recursos, los que algunas veces terminan en destinos no deseados por falta de conocimientos y control, pero existe y muy fuerte. Hay que vivirlo para entenderlo.

Pero no hay un reclamo formal ante las autoridades o por lo menos no se sabe.

Pero ¿qué se espera?

En Atina Bomberos nunca propondremos huelgas o paros porque tenemos el espíritu de todos los bomberos chilenos, pero creemos que es indispensable ponerse firmes con las autoridades, no en este minuto, pero sí luego. Si no nos seguirán ignorando.

Hemos dicho mucho que la SVS asumió un rol contralor de gestión que no le corresponde y nadie se opuso terminantemente.

Las subvenciones son ridículas. No han crecido ni siquiera en el IPC y para qué decir con las alzas de combustible que es uno de los elementos cada día mas caros de la operación.

Pero no se conocen planteamientos serios y oficiales al gobierno ni su respuesta.

Por el contrario aparece en la página de la Junta información sobre el voluntariado y sobre lo que nos falta para cumplir como buena ONG y obtener los recursos con que servimos a la comunidad.

Y al gobierno tampoco le importa la opinión en contra de la Junta para seguir dando personalidad jurídica a nuevos cuerpos y que la mísera torta se desgrane entre más.

Entonces ¿qué queremos? ¿Qué nos detiene para reclamar formalmente y no sólo a través de “contactos”? ¿Que cada Cuerpo proteste a su manera?

¿A qué podríamos temerle?

Sería bueno saber de verdad como nos miran las autoridades, qué opinan de nosotros y por qué no les importamos. Algunos dicen que porque usamos uniforme y somos jerarquizados...

¿Pero cual será la firme? Porque no se puede entender así como así tanta ignorancia e indolencia hacia una labor tan fundamental en toda civilización actual.

ATINA BOMBEROS

02 junio, 2006

Otra de mis preocupaciones


Releyendo las páginas finales del interesante y documentado libro “Los Bomberos de Chile”, escrito por don Christian Reyes Gavilán, secretario de la presidencia de la Junta Nacional, publicado el año 2005 por Editorial Sudamericana, reafirmé que hay muchas aseveraciones muy coincidentes con mis preocupaciones respecto al futuro del bomberismo chileno.

Por ejemplo, en la página 393 se hace un planteamiento que para mí es paradójico con respecto a lo que ha hecho el directorio de la Junta o su presidente en este tiempo:

“Es imposible omitir que la viabilidad del proyecto unitario de los bomberos ha descansado, además de sus factores históricos, conceptuales y fundantes que han revelado y confirmado su necesidad absoluta, en la persona de quien lo ha conducido prácticamente desde su fundación hace 36 años: Octavio Hinzpeter. Y aún considerando que esa conducción le ha sido confiada por la asamblea rigurosamente cada dos años, que la gestión exhibida es notable tanto en cuanto ha legitimado esa articulación integradora de los bomberos y el ingreso de estos como “profesionales de la emergencia” al nuevo siglo, desde luego la pregunta que queda rodando es si este proyecto ha alcanzado la solidez que le permita seguir y progresar sin la presencia y ascendiente de Hinzpeter.

Seguramente en esa perspectiva, además de las personales, se explica la decisión que oficial y públicamente comunicó ante la Asamblea Nacional en junio de 2004: en el evento de que fuera electo presidente nacional – como ocurrió – para el lapso 2004 a 2006, este último año su nombre no estará disponible para postular nuevamente a ese cargo. Junto con ello anunció que, de ser elegido, su labor se abocaría a una especie de “transición” que ha definido en los siguientes términos:....*.....”

*No textual: Culminar y concretar varios proyectos modernizadores como sistema de administración y control mediante tecnología y comunicación, herramientas de autorregulación y fiscalización. También abocarse a un cambio en las estructuras, procesos e instalaciones de la Academia Nacional. Mantener el esfuerzo de descentralización equilibrado con la unidad de los bomberos.
“Todas estas son tareas que quisiera ver, al final de este período, estabilizadas y operativas” (textual de un discurso citado)

No me queda claro si en los términos de ese anuncio de transición estaban incluidas políticas o procedimientos que permitieran efectuarla.

Estoy de acuerdo con la totalidad del primer párrafo de la cita del libro, especialmente su parte final.

(Si esas políticas o procedimientos existieran en la actualidad y se cumplieran, presento mis excusas de inmediato, por éste y los anteriores artículos al respecto. Si no existen, no puedo creer que se pensara que una descentralización sería posible y menos aún, una transición)

En artículos anteriores de ATINA BOMBEROS hemos comentado que en la Junta Nacional existen las instancias y las estructuras, pero falta la articulación de éstas para que puedan siquiera intentar funcionar y eso no puede suceder a menos que se establezcan un reglamento de la Junta y políticas y procedimientos que se cumplan.

Aquí es donde creo que además de lo que se ha avanzado tecnológicamente, debieron darse pasos concretos y grandes que no se han dado. Según el estatuto vigente (y el reglamento inexistente) todo está tácitamente concentrado en el Presidente Nacional, porque no está definido, con lo que todo queda entregado a su buen criterio, que sin dudas ha existido, pero no hay posibilidad de delegación.

Por ejemplo, existen tres vicepresidentes que no tienen función alguna, cuando podrían ser tres personas que asumieran responsabilidades y atribuciones que ayudaran en la administración de áreas importantes o zonas geográficas del país, o lo que el directorio determinara.

Tampoco la tienen los Consejos Regionales cuyos presidentes son además Directores Nacionales.

Mientras el Directorio no presente a la Asamblea una reforma a los Estatutos de la Junta y/o se haga un reglamento que defina las funciones del Presidente, de los vice o del Consejo Ejecutivo, no será posible descentralizar o avanzar al respecto.

En realidad lo que está escrito en los estatutos de la Junta está pensado, según yo, para que la dirija la persona que le dió vida, trabajó por ella, la formó y la hizo crecer, sobreentendiendo que esa persona siempre haría lo mejor para ella y no necesitaría ayudas, ni ponerse en el caso que si no estuviera, otro recibiera las herramientas para también poder hacerlo bien.

En la Junta hay una gran infraestructura para apoyar la gestión del presidente y que le entrega la mejor información disponible (no toda porque nadie está obligado a darla), lo que está bien, pero esa infraestructura tan costosa debería servir para apoyar también a los consejos regionales y a los cuerpos, los que deberían sentirse obligados a utilizarla por su conveniencia.

Y digo sentirse porque no están obligados y es lógico que no lo estén ya que no sabrían a qué estarían obligados, pues no hay reglamentos ni políticas escritas. Si existieran podría pensarse también en otras instancias que ayudaran a la integración de los bomberos.

Unos pocos piensan que algunos consejos regionales no están preparados para administrar bien sus regiones, lo que no comparto, porque desde unos tres o cuatro años atrás cuando se les entregó la responsabilidad de gestionar las Ayudas Extraordinarias han funcionado perfectamente hasta hoy, sin reclamos de los Cuerpos que son los mas interesados.

Además que los presidentes regionales son Directores Nacionales, por lo que si no fueran capaces de administrar sus regiones, ¿cómo podrían hacerlo con la Junta?

No sé por qué nunca han querido preocuparse de esto, para mí, tan importante...

No hay que ser muy docto para entender que para descentralizar se debe traspasar el poder de decisión y la responsabilidad de la cabeza a los segmentos medios de la organización y claramente eso no ha sucedido.

Delegar es difícil, sobre todo que el que delega esperaría que los delegados hagan las cosas igual que él, lo que no siempre ocurre, pero si las decisiones están bien y conforme a lo reglamentado, aunque duela hay que respetarlas y jamás contradecirlas.

También hay que entender que todo cambio debe ser cuidadoso y por pasos, para dar la oportunidad de corregir lo que no anda bien, pero debe iniciarse y mantenerse, capacitando a los que reciben las nuevas responsabilidades y evaluando constantemente los resultados.

Hay muchas cosas que mejorar en la administración de los cuerpos y para eso se requiere de una guía firme que asesore y ayude especialmente a los que cuentan con menos recursos de todo tipo, ya que los más grandes tienen medios y están bien organizados, además que cumplen con lo que la ley y la organización demandan.

Pero para asesorar y apoyar, hay que estar cerca de las bases y para eso se requiere de muchas personas capacitadas y organizadas, que puedan tomar decisiones lo más objetivas posibles, para lo cual necesitarán, además de su buen criterio, una guía escrita en qué basarse.

Ahora que estamos en vísperas de la elección de los oficiales nacionales y de su presidente, que es el que tiene todo el mando y por lo mismo toda la importancia, resurge la inquietud, que por lo demás no es mía ni nueva, pero la comparto:

¿Qué pasaría si por obra de un cambullón impensado, asume un bombero con su propio “casco de la sabiduría”?:

Tendría todo el poder de hacer y deshacer lo que se ha hecho hasta ahora. ¿Borrón y cuenta nueva, como podría inferirse del libro comentado?

Sinceramente no creo que pase lo que anoto antes ya que soy un convencido que el presidente se reelegirá, pero también estoy convencido que una organización tan grande e importante para Chile, merece tener una estructura organizacional reglamentada, con atribuciones y controles, que funcione y que dé la capacidad de gobernar, administrar, coordinar o como quiera decirse, de una manera regulada donde todos sepan lo que pueden esperar y a lo que se obligan al pertenecer a ella, sin depender sólo del buen criterio del que la dirige.

Si no se avanza en ese sentido me parece que lo demás son sólo pensamientos o buenas intenciones.

ATINA BOMBEROS