16 noviembre, 2006

Elecciones en los Cuerpos

Además de agradecerles su interés y apoyo, deseo informar a mis amigos preocupados, que tras una reunión cordial en el CSD, se conversó sobre los temas que trata este ATINA BOMBEROS, entiendo que a satisfacción de todos.

Como todos los fines de año, los Cuerpos y sus Compañías deben elegir las directivas que los guiarán para el próximo período, ya sea de uno o de dos años según lo establezcan sus estatutos.

Es la oportunidad de practicar la democracia que enorgullece y distingue a los bomberos, ya que también de diferente manera conforme a los estatutos de cada uno, todos tienen la oportunidad de votar por los que consideran mas adecuados para dirigirlos.

Y allí encontramos las mas variadas fórmulas, que van desde el voto directo de todos los bomberos para elegir a la oficialidad general y de sus compañías, hasta la de elegir a oficiales de compañías que quedan mandatados para elegir a los generales en una reunión secreta posterior.

También están los cuerpos que citan a sus compañías para que en sesiones individuales paralelas, voten por los candidatos a oficiales generales, siendo el nombre que tenga la mayoría, el voto de la compañía para cada cargo.

Para algunos cuerpos las elecciones son un mero trámite pues mantienen oficialidades generales por décadas... Y también se han dado casos en que la oficialidad general simplemente no llama a elecciones, pero por suerte son pocos......

En casi todos los casos, las autoridades entregan los resultados prontamente en forma extraoficial lo que es confirmado en una reunión de directorio, donde se proclaman los elegidos y/o se ordena proceder a nuevas votaciones para dirimir los empates, las que se realizan en días siguientes.

Las campañas proselitistas son diferentes también en los cuerpos, habiendo algunos que privilegian la reelección de la oficialidad general, como una manera de mantener y demostrar unidad y consecuencia; otros presentando listas de candidatos; o los candidatos se reúnen con los bomberos de las distintas compañías para darles a conocer sus programas; o los posibles candidatos deben inscribirse con anticipación en el Cuerpo, etc. Pueden ser costumbres o pueden estar establecidos. Depende de cada cuerpo.

El tiempo anterior a las elecciones es el que produce normalmente la mayor cantidad de reuniones, formales o no, en que participan distintos “operadores” como le dicen ahora, que intentan conformar una lista que reúna nombres que conciten apoyo entre los bomberos de las distintas compañías y que den posibilidades de éxito a un cambullón.

Esto, además del pago de cuotas de compañía atrasadas, forma parte de las costumbres, para no mal usar la palabra tradición, que caracteriza las elecciones bomberiles.

ACLAREMOS SÍ QUE ESTO SE HACE IGUAL EN TODAS PARTES, NO SÓLO EN BOMBEROS...

Lamentablemente como también sucede casi en todas partes, no siempre figurarán entre los candidatos sólo los mejores para cada cargo, sino que también tendrán que aparecer algunos para comprometer el apoyo de un grupo determinado. O por proponer a uno del agrado de un grupo se saca a alguien que lo ha hecho bien.

Los programas e intenciones al igual como en la política no son muy relevantes, ya que lo que se prometa normalmente tampoco se exigirá después.

El problema que se presenta en muchos cuerpos e incluso compañías es que algunas veces los integrantes de una lista no piensan de manera similar y se elige a personas muy bien intencionadas pero que difícilmente podrán conformar un equipo de trabajo.

Una Oficialidad, Nacional, Regional, General o de Compañía es el equivalente al poder ejecutivo, es decir al presidente y su ministerio, por lo que es indispensable que actúen coherentemente, con la sinergia que da la afinidad de sus visiones particulares con la del grupo dirigente.

Lamentablemente no siempre es así y si bien es cierto que muchas veces resulta el dicho “en el camino se arregla la carga”, no es lo óptimo porque se pierde tiempo y esfuerzos en aunar criterios. Es sin duda un problema que se presenta con mucha frecuencia.

Lo malo es que cuando en un cuerpo se producen frecuentes cambios de oficialidad general se dificulta la posibilidad de planificar a mediano plazo el futuro del cuerpo y las compañías, perdiéndose oportunidades de hacer proyectos que ordenada y priorizadamente beneficiarían a todos.

Actualmente debido al precario sistema de financiamiento que tienen los bomberos, hay que recurrir a los diversos fondos que tiene el Estado, a los que podrían acceder los cuerpos si los proyectos se presentan oportunamente, de preferencia de un año para otro.

(Claro que para que se aprueben se necesita de una voluntad política de la autoridad de gobierno, que los bomberos de Chile obtienen en todas las regiones, menos en la Quinta de Valparaíso, donde todo se va en promesas mediáticas e incumplidas).

Otro de los aspectos que en ATINA BOMBEROS creemos muy interesante de considerar es el de la elección de los Consejos de Disciplina que no son conformados por Oficiales Generales, los cuales podrían elegirse para períodos diferentes al de éstos, por ejemplo en la mitad del general, a fin de mantener un criterio mas independiente de la nueva oficialidad que asuma, lo que evitaría que se produzcan revanchas de los nuevos en contra de los antiguos, como lamentablemente ha pasado en varios cuerpos. Claro que este es un punto que si bien es relacionado con las elecciones, es materia de reforma de estatutos o reglamentos, por lo que no ahondaremos en él.

Concretando, ojalá se pudieran conformar equipos de trabajo en que participen bomberos de distintas compañías, que se complementen y proyecten una visión de Cuerpo estable y moderno en cuanto a administración y servicio y con preocupación por el futuro.

Por otro lado y mientras no se asuma y solucione la problemática bomberil en forma global por las autoridades nacionales de gobierno y de bomberos, cada día va a tener mas importancia la tendencia política que tengan los candidatos a oficiales, ya que en varias partes y claramente en la Quinta región, es indispensable tener contactos políticos para ser recibido por las autoridades.

Todo esto nos hace reafirmar la preocupación por la urgencia de buscar un acuerdo con el Estado en cuanto a la Institucionalidad Bomberil chilena, donde Bomberos tenga una instancia de contacto oficial con las autoridades que no pase por favores o “paleteadas” de algunos políticos, que con buenas o no tan buenas intenciones comprometen de manera inadecuada un servicio que es nacional y apolítico.

Para eso y como lo hemos planteado tantas veces, hay que trabajar por lo menos en dos frentes: Uno interno que es una articulación bomberil nacional y otro que, junto con avanzar en el primero, deben asumir las autoridades bomberiles nacionales, que es requerir al gobierno el nombramiento de un representante calificado con poder suficiente para comprometerse en la búsqueda de una solución global de la problemática que nos ocupa.

No es muy comparable, pero hasta donde sé, las fuerzas armadas y de orden no tienen que buscar contactos políticos para poder funcionar, ya que junto a ser reconocidas como tales, tienen una legislación especial y un ministerio de quien depender.

Para los bomberos, como hemos insistido tanto, no existe una autoridad competente que los pueda atender y entender de manera global, por lo que no pueden avanzar en un desarrollo institucional más eficiente. Por el contrario los cuerpos en su mayoría, como lo decíamos, deben pasar tocando diversas puertas, con mucha resignación y gran desilusión, casi rogando por ayuda.

No insistiremos más por el momento en este tema, que es largo y difícil y en el que se conjugan muchos aspectos distintos y complejos.

Por el momento sólo anhelamos desde ATINA BOMBEROS, que los oficiales que sean elegidos en todos los cuerpos que deberán hacerlo, sean idóneos, trabajen en equipo, sin protagonismos personales, cumpliendo con las leyes y los estatutos y ayuden a profesionalizar la imagen, no del servicio activo que es buena, sino de los Bomberos como una institución moderna y valórica en que la ciudadanía puede seguir confiando.

Y por supuesto les deseamos mucho éxito en su gestión.

ATINA BOMBEROS

02 noviembre, 2006

Una impronta bomberil

Como se ha dicho muchas veces, el propósito de ATINA BOMBEROS es intentar alertar a los Bomberos sobre situaciones que se dan actualmente en la sociedad chilena, que son distintas a otras que se han dado antes y la única razón irrebatible es que los tiempos han cambiado, nos guste o no.

Lo que aún somos o fuimos forma parte de una realidad que ha evolucionado mucho más rápido que la mentalidad bomberil, no el servicio que presta, que es único y eficaz.

¿Por qué? Quizás porque nacimos en Valparaíso en una época de gran auge social y crecimiento comercial que bien valía la pena custodiar, aún a costa del peculio y la integridad física de varios prohombres de la época y muchos entusiastas voluntarios.

Los tiempos, las costumbres, la cultura y los recursos económicos fueron cambiando, no digo evolucionando, habiendo pasado por un sinnúmero de situaciones que nos llevan a concluir que muy poco es igual que antes.

Asimismo podríamos postular que el excesivo individualismo y particularidad que se dio al inicio del bomberismo, donde se diferenciaron nacionalidades, reglamentos, uniformes, especialidades bomberiles, etc. en el siglo XXI parece que demuestran fragilidades, ya que el sistema mismo no ha cambiado mucho y la sociedad sí, donde la unión hace la fuerza, aún cuando suene a lema.

Los expertos en desarrollo organizacional postulan que una cultura se cambia con el convencimiento que hay que cambiar, aplicando un método estudiado y dirigido paso a paso o con uno violento e involuntario. Algunos afirman que para la segunda guerra mundial la ciudadanía de Estados Unidos no quería participar, pero bastó el ataque a Pearl Harbor para que todos se alinearan para combatir.

En otras palabras: O cambia uno o pueden cambiarlo otros....

Como los directivos de las organizaciones bomberiles deben dedicar la mayor parte de su diaria labor a resolver problemas contingentes, queda poco tiempo para hacer un alto en las tareas y dejar un tiempo para pensar y planificar. Las pocas veces que se ha hecho algo de este tipo en bomberos ha tenido un gran éxito, pero si el que releva el mando no tiene mayor interés al respecto, el esfuerzo y lo avanzado se pierde.

Por eso esta insistencia de ATINA BOMBEROS en hacer pensar qué se puede hacer para fortalecer el bomberismo voluntario y autónomo y permitirle proyectarse hacia un futuro por lo menos a mediano plazo.

Estoy preparando antecedentes para un artículo que pretendo exponer sobre cómo podrían darse pasos para articular el bomberismo chileno en una organización que respete la autonomía y diferencia que hay en los cuerpos.

Por supuesto que será una idea muy preliminar ya que el tema es tan grande y pasa por tantos aspectos que necesariamente debe ser abordado bajo la conducción o moderación de un consultor senior en análisis y desarrollo organizacional.

El tema decía, tiene tantas aristas para analizar y compatibilizar, que no sólo es tan complicado como escribir y discutir un buen reglamento o establecer varias políticas y procedimientos, sino que es mucho más difícil, pues convergen muchos otros aspectos que superan grandemente la lógica que debería aplicarse en cualquier trabajo al respecto.

Y esto es lo que me lleva a esta reflexión, sobre algo que no es ni bueno ni malo, sino una realidad que se da en muchos cuerpos, sobre todo en los más antiguos.

Al igual que en las familias se da una diferente cultura en cada compañía, una impronta particular de cada una de ellas, que justamente la diferencia de las demás.

No es una crítica porque no puede haberla sino sólo un interés de establecer que para cualquier intento de articulación hay que considerar que también dentro de los cuerpos hay muchas visiones, subjetivas o no, que complican aún más la posibilidad de obtener consensos.

Este tema no es menor ni mucho menos, ya que como se ha dicho en otros artículos de este ATINA BOMBEROS, cuando se fundaron los Bomberos en Valparaíso, se les dio o sucedió así, una diferenciación a las compañías, ya fuera por la nacionalidad de sus integrantes o las simpatías personales de cada uno de los pioneros integrantes.

Y entre las tradiciones que siempre se alaban y se comentan con mucho orgullo en esta hermosa actividad, junto con la entrega voluntaria a la causa de servicio, son justamente las particulares de cada compañía, que también deben ser las que atraen a las personas para participar, ya que como también se ha dicho, la amistad y la comunidad de pensamiento en los cuarteles han permitido mantener esta larga trayectoria de los bomberos chilenos.

Es común que se hable de “el Cuerpo” y “mi Compañía”, pero tampoco esto es uniforme ya que en algunas Compañías o quizás algunos bomberos en forma particular, utilizan un lenguaje diferente, tratando a todo oficial como “mi”.

Estamos claros que no somos fuerzas armadas ni de orden, donde una situación como la descrita no podría presentarse, de lo que nos honramos no por ser anti militaristas ni mucho menos, sino porque a todos los bomberos nos gusta como funcionamos en el sentido que el respeto a nuestros superiores está dado por nuestra vocación de servicio y no por una obligación muy entendible por lo demás.

También en las fuerzas armadas hay distintas especialidades que diferencian y marcan el comportamiento de sus miembros o tradiciones históricas que orgullosamente resaltan en los regimientos o unidades, lo que es motivador.

Y es curioso e interesante entrar al cuartel de una Compañía hermana del mismo Cuerpo y comprobar que aparte del mismo ideal de servicio, hay tantos aspectos especiales que hacen que se note la diferencia entre una y otra, marcando también como es lógico el comportamiento de sus bomberos, que además está enmarcado por lo que establece su propio reglamento.

Estos reglamentos que son coincidentes en lo fundamental con el del Cuerpo, también condicionan el comportamiento de sus integrantes lo que es natural, pero lo malo es que en muchos casos las faltas no son sancionadas en forma congruente entre una y otra Compañía y como cada una tiene también un grupo colegiado que las administra llámese Consejo de Administración o Junta de Oficiales o Consejo de Disciplina para las sanciones, la justicia dentro de ellas también es diferente a la de las otras.

Como hemos dicho no postulamos que sea mejor o peor y ni siquiera si esto es bueno o no para el bomberismo, sino que es una realidad que escapa de lo valórico, económico, social o cultural, pero que hay que tener en cuenta.

Y es así que a todo bombero al encontrarse con otro de otra compañía, le bastará ver el número en su casco para intuir su comportamiento y casi su manera de pensar, ya que todos conocen las características de esa compañía.

Por lo mismo la experiencia indica que un mismo texto general en discusión, por ejemplo una reforma de estatutos o reglamento del cuerpo, será analizado con muy diferentes ópticas en cada compañía, lo que si bien enriquece el análisis también lo dificulta, ya que el sistema bomberil contempla que participen y deliberen todos sus miembros.

Entonces ningún cambio será fácil sobre todo porque no sólo se analizarán desde un punto de vista lógico y corporativo sino habrá un tremendo factor psicológico que en algunos casos podría pesar más que los otros.

Pero si lo que hemos comentado latamente para las compañías de la gran mayoría de los cuerpos antiguos proyecta que no son fáciles los cambios, hay que imaginarlos si se le presentan a los 308 cuerpos que existen a la fecha (si no han aparecido otros más).

Será una gran tarea y muy dificultosa, ya que como también lo hemos dicho en ATINA BOMBEROS, cada Cuerpo es independiente de los otros pues es una entidad jurídica autónoma, por lo que cualquier cambio lo interpretará a su manera.

Como lo hemos planteado antes y lo reiteramos ahora, no se pueden esperar cambios rápidos por parte de los bomberos sino que debe comenzar a planificarse un método que aliente muchos pequeños cambios en las diferentes organizaciones bomberiles con el propósito de crear conciencia, si es que hay real interés, en articular una representación a nivel nacional.

Aunque el lector no lo crea así, hay muchos bomberos que están preocupados al igual que ATINA BOMBEROS en la situación presente y futura de nuestra actividad y están tras la búsqueda de acciones que puedan ser eficientes.

Por ejemplo hacer un reglamento único para las compañías es una posibilidad, que no gusta mucho a los que defienden la individualidad, pero que es necesaria en cuanto a normalizar las sanciones por ejemplo. En otras restricciones que sean constitucionales y legales que deseen mantenerse no debería haber problemas.

Ojalá en varias organizaciones bomberiles se crearan grupos de reflexión, que preparen antecedentes para los directorios y superintendentes, que pudieran ser analizadas y discutidas con altura de miras, porque somos varios los que tenemos al menos la intuición que no podemos seguir así, pensando que si seguimos haciendo lo mismo nos aseguramos un futuro igual al pasado.

ATINA BOMBEROS