29 septiembre, 2005

La situación bomberil chilena (primera aproximación)

El servicio bomberil chileno es único en el mundo.

No es el único absolutamente voluntario, ya que en Perú también lo es, pero como una institución única en todo el país con autoridades nacionales.
Por lo demás, cuerpos o brigadas de bomberos voluntarios existen en todos los países del mundo y son millones los que las conforman, cohabitando con los servicios públicos o municipales o industriales que existen con similar fin.
En otros países los voluntarios se ponen al servicio de los rentados, sobre todo para emergencias de proporciones como incendios forestales, terremotos o inundaciones.

¿Por qué Chile es único?
Porque el servicio bomberil lo cubren 300 Cuerpos de Bomberos voluntarios, autónomos e independientes entre sí, con su propia personalidad jurídica , sus propias autoridades y sus propias decisiones.

Y de ahí comienza lo bonito y lo no tanto de esta historia...
Cuando en Valparaíso en 1851 se fundó el primer Cuerpo, llamado Asociación contra Incendios, se dieron las bases que se han mantenido casi inalterables en lo general, para todos los nuevos Cuerpos que se fundarían con posterioridad, lo que da una idea de la inmanencia de la idea matriz de servicio.
Con el tiempo se fundaron los siguientes cuerpos: Ancud y Santiago, en los años 1856 y 1863 respectivamente y así hasta llegar a lo actual.

Hace 154 años que este servicio esencial en la seguridad ciudadana, el Estado lo entregó a voluntarios privados que han crecido y se han modernizado de acuerdo al desarrollo de las comunidades que sirven.

Pero así como en Valparaíso se plantó la primera semilla de este fundamental servicio, también se le dio una impronta especial en cuanto a su calidad de voluntarios que servían desde una especie de familia que se llamó Compañías, que dependían de la autoridad central, pero además tenían sus propias regulaciones, más restrictivas que el Reglamento General, y agrupaban a personas que tenían afinidad de nacionalidad , intereses o amistad, en cada una de ellas. Se creó una individualidad rica, pero probablemente complicada para el futuro de los bomberos.

Lo anterior propició la formación de muchas compañías, sin que hubiera una racionabilidad en su autorización, ya que tratándose de voluntarios que contaban con su propio financiamiento para la actividad de servicio, era un gran apoyo para todos y ningún problema.

Pero todo cambió cuando se acabaron los mecenas...
Efectivamente el Estado tenía un rol menos que subsidiario en el funcionamiento de este vital servicio y todos felices hasta que los tiempos cambiaron... Y nadie se dio cuenta o no quiso darse cuenta...

Los hombres y mujeres ricos y generosos desaparecieron para los Bomberos...

Y así como el Estado se preocupó de la defensa de la nación y con distintos nombres, de la seguridad interna, nunca se incluyó a los Bomberos, ya que ellos eran privados... y por lo mismo, olvidados hasta ahora.

Hoy los Bomberos en Chile, dependen del Ministerio de Hacienda (que les entrega una subvención que cubre algo menos del 40% de sus gastos); del Ministerio de Justicia (que les otorga su personalidad jurídica); del Ministerio del Interior (en cuanto a que a él corresponde la seguridad ciudadana); del Ministerio del Trabajo (que controla al personal rentado) y de manera indirecta con el Ministerio de Agricultura por el tema de los incendios forestales, que aunque legalmente no le corresponde a los Bomberos, éstos se involucran más que CONAF ( dependiente de ese ministerio)
Además dependen de las Gobernaciones Provinciales o de las Intendencias en algunos casos, para rendir los gastos efectuados de acuerdo a lo recibido del Estado y de las Municipalidades cuando hacen aportes.

Y entremedio está la Superintendencia de Valores y Seguros, que cada día aumenta su protagonismo en el control y gestión de los recursos que se entregan a los Cuerpos.

Uno buenamente podría preguntarse ¿adonde aparece la ONEMI? ... Buena pregunta...

Lo paradojal de este sistema, es que cuesta imaginar cómo un servicio de utilidad pública puede depender de tantos ministerios y de ninguno, ya que se llega a un compra-huevos, en que nadie asume su responsabilidad.

¿Cómo así?
Justicia autoriza a cuanta agrupación se presente y diga que quiere formar un Cuerpo de Bomberos, ya que de acuerdo a la Constitución sería su derecho. No le interesa el por qué, ni si tiene los medios o la capacitación para asumirlo, ni si hay otra establecida.
A Hacienda no le interesa, ya que no tiene contemplado en su presupuesto aumentar la subvención a Bomberos, sean cuantos sean y por lo mismo, la misma torta se repartirá entre más. Hace muchos años que es así y ni siquiera les reajusta en el IPC.
Trabajo, a través de las Inspecciones del Trabajo, hace cumplir la ley con el personal rentado, sin importar de donde salen los recursos económicos para adecuarlos a la legislación. Ése no es su problema...Si hay que multar, se multa.

La ciudadanía no tiene por qué preocuparse de estos problemas, ya que es una responsabilidad del Estado y los Bomberos cumplen muy bien, pero como se puede haber podido apreciar, el Estado se desentiende de este problema y los Bomberos y sus organizaciones aportan lo suyo en lo administrativo, lo que trataremos en otras aproximaciones en los próximos días.

28 septiembre, 2005

El propósito de éste, mi primer acercamiento personal a este tan amplio medio de comunicación integral e integradora, es plantear ante los verdaderos interesados, mi preocupación por el tema del Bomberismo Chileno, noble actividad tan querida por los que la abrazamos y tan incomprendida por los que se acuerdan de ella sólo cuando la necesitan.
Muchas personas desconocedoras de esta actividad en Chile, parten de la base de lo que se escuchó desde la mas tierna infancia: "Si hay un ladrón, llama a Carabineros; si hay un enfermo llama a la ambulancia; si hay un incendio , llama a los Bomberos".
Y así queda en la mente de cada uno esta lógica tan simple, no interesando a los usuarios, porque no les corresponde tampoco, si los servicios "de utilidad pública" son privados, o voluntarios o como sea.
Entonces, para los que amamos de verdad esta actividad, se nos plantea qué se puede hacer para mejorar lo existente, donde intervienen el Estado, las Organizaciones Bomberiles y los Bomberos Voluntarios.
El propósito será entregar pensamientos al respecto y recibir opiniones, serias y responsables, que con altura de miras, sin descalificar ni ofender a personas e instituciones, tengan una tribuna amplia para intercambiar ideas que sirvan para mejorar esta actividad en todo sentido, desde la eficiencia a tener un financiamiento que no obligue a los Bomberos a mendigar.
Eso y nada mas pretendo: Que los Bomberos estemos unidos y seamos cada día mejores.
Un abrazo