29 enero, 2009

Nuevos problemas para los Bomberos

En ATINA BOMBEROS creemos que nadie puede permanecer indiferente ante la noticia que algunas Compañías de Seguros han presentado una denuncia de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional, para dejar de pagar los gastos que significan la cobertura asistencial o pensión a los Bomberos accidentados o muertos en actos de servicio.

Es lamentable e inoportuna esta presentación ya que se produce en un momento de crisis económica mundial, que afecta también a los chilenos, entre ellos a las compañías de seguros y los bomberos, a quienes dan una preocupación más, en plena época en que se desviven apagando incendios forestales ( de responsabilidad de Conaf).

Definitivamente fuimos sorprendidos como todos, (o casi todos ya que parece que algo sabían algunos) ya que no teníamos idea de la intención y no tenemos conocidos que nos pudieran haber hecho algún comentario. Además desconocemos los argumentos de que hicieron uso los aseguradores y no hemos visto nada al respecto en la prensa ni en la página de la Junta.

La acción puede ser sorprendente, pero el hecho mismo en sí, nos parece que estaba rondando desde hace mucho tiempo y aunque desconocemos qué se hizo o se conversó desde el 2002 cuando entró en vigencia la ley 19.798, hasta la presentación del recurso de inconstitucionalidad, sentíamos que algo estaba fallando y lo planteamos en varios artículos de este blog, por lo menos desde el año 2006, cuando no podíamos entender que la SVS pusiera tantas trabas para que los Bomberos accidentados pudieran acceder a los beneficios a que tenían derecho por ley.

El tema lo planteamos varias veces y sólo supimos de algunas reacciones, incluso una de los Diputados de la Comisión Bomberos, que pidieron explicaciones al Superintendente de Valores que aceptó buscar fórmulas para no entorpecer tanto el acceso de los Bomberos a los beneficios.

Pero había algo raro y había que estar muy en el limbo para ignorarlo: La SVS publicó la Circular 180 en 2005, donde simplemente limitó la cobertura que daba la Ley 19.798, lo que probablemente fue objetado pero no se supo y salvo algunas tibias reacciones de la Junta no se hizo mucho más. Pero parece que se solucionó, no estamos seguros.

Nuestra teoría, que es eso no más, pero que sustentamos desde hace mucho tiempo y también se puede comprobar en estos artículos de ATINA BOMBEROS, es que las compañías de seguros no estaban contentas con lo que les habían subido sus aportes y pensamos que la SVS en conocimiento de ello, intentaba autorizar lo menos posible, o tramitar los pagos al máximo.

Dijimos varias veces que estábamos seguros que había un problema político entre medio y que “los que pagaban el pato” eran los Bomberos, ya que el ex Presidente Lagos lo dijo clarito en el Salón de Honor del Congreso, el 30 de junio de 2001: Que enviaría dos proyectos:

1.- El de la Ley que favorecería a los Bomberos accidentados y que fue promulgado como Ley 19.798 en 2002

2.- El que creaba el Seguro Obligatorio contra Incendio para las casas, que según entendemos no prosperó.

Si alguien lo duda, transcribimos ese discurso en su versión oficial, que es muy hermoso en lo conceptual y en la forma de expresarlo e interesante leerlo y que lo sacamos de nuestro archivo, destacando lo que afirmamos:



Señor Presidente de la Cámara de Diputados, señor representante del Presidente del Senado, Señor Octavio Hinzpeter, Presidente Nacional de los Bomberos de Chile, señor Domingo Monteverde, Superintendente del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, señor Intendente, señor Alcalde, autoridades civiles, militares, eclesiásticas, miembros de este Congreso Nacional, Bomberos y Bomberas de Chile, amigos y amigas.

Es particularmente grato para el Presidente que habla, participar en esta Sesión Solemne.

Aquí estamos hoy para recordar uno de los momentos emblemáticos registrados a lo largo de nuestra historia. La fundación del Cuerpo de Bomberos, aquí en Valparaíso, hace 150 años, es un momento peculiar, de aquellos que iluminan nuestra historia, las páginas que los chilenos y chilenas, a lo largo de nuestras vidas, hemos sido capaces de ir escribiendo.

Aquí, como muy bien se ha recordado, fueron tres las primeras Compañías y luego otras siete, las que culminan en el mes de junio de 1851. Como muy bien decía Domingo Monteverde, es la expresión de una ciudad pujante en su momento, y la expresión de una necesidad indispensable, ante, precisamente, el crecimiento urbano de Valparaíso.

Son los vientos que aquí asolan, que forman parte del paisaje de este puerto, en buena parte los responsables, también, de la necesidad de combatir el dragón del fuego. Es el viento el que está detrás de la necesidad de tener una institución capaz de combatir el fuego. Buena parte de la historia de este puerto, es la historia de terremotos e incendios, más los segundos que los primeros, pero con la diferencia de que ante el fuego, el hombre puede organizarse y prepararse para combatirlo con eficacia.

Ése es el origen, la vinculación entre el ser humano y el entorno, lo que explica el surgimiento de esta institución -con las características que hoy la conocemos- y de la cual estamos todos tremendamente orgullosos. El carácter voluntario, que es lo que distingue a Bomberos de Chile, es la expresión del hombre y su tierra, que explica en consecuencia, buena parte de lo que hemos hecho.

Ésta es una institución filantrópica, pero es la primera de las organizaciones de la sociedad civil. Aquí, lo que quisiera destacar, es que ante la existencia del desafío, del problema, hace 150 años, fue la sociedad civil la que percibió que, a través de la organización, la solidaridad, la eficiencia y la capacidad, estaba en condiciones de responder mejor que a través de cualquier otro instrumento.

Frente a tantos temas y desafíos de la sociedad contemporánea, tal vez es bueno mirar hacia atrás, a la historia, y ver cómo, frente a esos desafíos, en lugar de pararnos para reclamar, hubo una impronta de ponerse de pie para servir organizadamente y resolver ese desafío.

Distinta es la forma de abordar muchos de los temas de hoy, cuando no hemos sido capaces de generar un espacio para que la sociedad civil se organice y sea capaz de responder a esos otros dragones, que sin ser del fuego, existen en la sociedad contemporánea.

Los porteños de hace 150 años pensaron que estaba en ellos, más que en otros, la capacidad de respuesta. Se organizaron a partir de lo que eran, y como lo ha recordado muy bien Octavio Hinzpeter: ciudadanos libres de una República Democrática. Con la comprensión y el entendimiento de la autoridad, pero entendiendo que la respuesta y la solución venía de ellos mismos, más que del entorno.

Aquí, se produjo el surgimiento, de una manera tan vibrante como se ha recordado hoy, de este espíritu de servicio, de la abnegación desinteresada que caracteriza a la institución, y que representa, ciertamente, todo el abanico social e ideológico de la sociedad chilena. Aquí, estamos en presencia de una "pequeña patria", que sirve a la patria grande sin pedir nada a cambio.

Ésa es la razón por la cual hoy, como Presidente de Chile, estoy aquí compartiendo con ustedes. Porque aquí se cumple un espíritu, una función pública valiosísima, el Estado y la Sociedad deben entonces reconocer y facilitar su acción, descubrir cómo establecer la relación adecuada entre esta organización que surge de la sociedad civil, y un Estado que reconociendo su rol, genera las condiciones para que pueda desarrollarse y crecer.

Es cierto. Ésta es la más antigua organización voluntaria que existe en el país. Después han surgido otras, muchas otras, cuyos representantes también están hoy aquí en esta sala. El gran desafío hoy, me parece, cuando debatimos sobre la forma de organizar mejor esta sociedad para este siglo que iniciamos, es cómo somos capaces, en nuestro andamiaje institucional, de generar un espacio de participación para aquéllas instituciones que son cada vez más -en buena hora-. y que de la sociedad civil surgen para atacar y enfrentar desafíos concretos.

Enfrentar organizadamente y con eficiencia, el fuego, dio origen a esta Institución de 35 mil chilenos, que aspiran a servir y tienen el privilegio de servir. Y han surgido otras.

Entonces, la primera de las tareas es definir cómo somos capaces de estimular a Chile para que Chile sea capaz de escuchar, de hacer participar, y para que pueda contribuir de una manera organizada a la construcción del país.

Hay, claramente acá, una carencia de nuestras instituciones, en donde la forma de establecer el canal de comunicación no es permanente ni institucional. Tenemos, en otros ámbitos, posibilidades de participación. Aquí, son más bien esporádicas. Me gustaría pensar que estaremos en condiciones, cuando hablamos de enmiendas a nuestro ordenamiento institucional, de pensar enmiendas destinadas a que ese ordenamiento permita que las entidades de la sociedad civil organizada, como ésta, tengan una capacidad de expresión en la sociedad que queremos para el futuro.

Pero junto con ello, tenemos también tareas más apremiantes. Por eso hoy aquí, creo que es un buen momento, en estos 150 años, para anunciar que, en mi gobierno, quiero patrocinar dos iniciativas legales, las cuales han sido concordadas con la Comisión que ha creado para estos efectos la Cámara de Diputados y que, en consecuencia, espero que tengan un trámite legislativo expedito y rápido.

La primera, es reconocer precisamente a aquellos que tienen el privilegio de servir, a quienes la sociedad les debe este reconocimiento particular y la forma de hacerlo se materializa a través de una cobertura de salud y seguridad social para todos aquellos voluntarios Bomberos de Chile, accidentados en actos de servicio.

Esto, por el riesgo permanente al que están expuestos los voluntarios en el cumplimiento de su labor. Se hace imprescindible que la sociedad, en consecuencia, garantice, otorgando mecanismos de seguridad social suficientes para el caso en que estos voluntarios sufran accidentes o enfermedades derivados del servicio. Y por ello, entonces, junto con mejorar las indemnizaciones y beneficios que tienen derecho a recibir, queremos que esta iniciativa se materialice de la siguiente manera: que todos ellos tengan atención médica y hospitalaria integral, completa, con todas las intervenciones quirúrgicas que se requieran, hasta el alta definitiva. Por cierto, con todos los medicamentos indispensables hasta la completa recuperación, y extendiendo a dos años el subsidio por incapacidad temporal, equivalente a la remuneración diaria o mensual, que ahora es sólo de un año, y aumentando también, de una manera permanente, la renta vitalicia a la que tiene derecho el voluntario, en el evento de sufrir incapacidad permanente, derivada del accidente en su acto de servicio.

Por cierto, se trata de compatibilizar estos beneficios con otros que pueda tener el voluntario como ciudadano. Estos beneficios, entonces, serían otorgados por ser voluntario; los otros que él pudiera tener como ciudadano, por cierto, deberán ser compatibles con éstos. Y al mismo tiempo, queremos perfeccionar lo que dice relación con la renta vitalicia de los cónyuges sobrevivientes, cuando se producen accidentes que terminan en el fallecimiento del voluntario.

Hay una segunda iniciativa, de otras características, que tiene que ver con el cómo ordenamos y organizamos mejor nuestro país. Cuando uno observa la labor desarrollada por los Cuerpos de Bomberos, es inevitable advertir la tragedia que para cualquier familia implica sufrir la desgracia de un incendio o siniestro similar. La situación de desamparo, de pérdida de la familia, se agrava cuando no existen, en general, resguardos o mecanismos que permitan superar -al menos en parte- las consecuencias de estos eventos. Ésta es la razón por la cual también, al no existir ningún tipo de protección, el tema se hace indudablemente más complejo. Por ello, quisiéramos proponer un sistema que cubra a cada una de las viviendas urbanas, para que cada una de ellas cuente con una mínima cobertura, para el caso de experimentar alguno de estos riesgos, de manera que la familia afectada no quede desamparada y tenga los medios para superar la desgracia.

Así como la sociedad estableció la exigencia de un Seguro Automotriz Obligatorio, que ha resultado suficientemente exitoso como sistema de cobertura mínimo, frente a los daños causados por accidentes automovilísticos, quiero proponer al Parlamento de Chile un proyecto de ley que establezca un seguro habitacional obligatorio contra incendios y riesgos habitacionales, para todas las viviendas urbanas superiores a un cierto monto respecto del avalúo fiscal.

La obligación de tener y contratar este seguro recae en el propietario del inmueble, sin perjuicio de buscar los mecanismos adecuados para permitir tal contratación, en caso de imposibilidad por parte de aquél. Esto, sin duda alguna, permite en consecuencia tener, a partir de los seguros de incendio y de una manera generalizada en el país, una forma de poder contribuir de una manera más efectiva a lo que son las necesidades del Cuerpo de Bomberos de Chile.

Precisamente, porque hay seguros de esta magnitud, podemos establecer una vinculación entre éstos y lo que son las necesidades permanentes del Cuerpo de Bomberos, en lo que dice relación con sus materiales, su organización, su infraestructura, los medios técnicos y la tecnología moderna para poder combatir el fuego.

Creo que si la sociedad chilena es capaz de avanzar en estos dos elementos: cubrir al voluntario del riesgo que corre cada vez que aspira a servir combatiendo el fuego, y cubrir los inmuebles de una manera general en el país, para que aquellas familias afectadas no caigan en el desamparo, estaremos en condiciones de responder de una manera concreta, más allá de la retórica que ameritan -y en buena hora la retórica- los 150 años, como sociedad chilena a los que aquí, en Valparaíso, soñaron que era posible tener una organización voluntaria para resolver un tema fundamental de nuestra sociedad.

Amigos y amigas: En el primer ejemplar de la revista "El Bombero Ilustrado", allá en agosto del año 1913, se puede leer: "Para ser miembros de esta institución, se requiere poseer todas las cualidades que caracterizan a los hombres sportmen consumados: altruismo, valor, desprendimiento moral y material, ya que en repetidas ocasiones sufridas en aras de un ideal humanitario, altamente social y generoso, las tienen que ofrendar".

Allí, hace más de 70 años, se definen las características de estos voluntarios. Son casi 70 años desde que se fundó el Cuerpo en Valparaíso. Hoy, a 150 años, las cualidades de ayer siguen vigentes. Lo que tenemos que ser capaces de poner al día, es cómo la sociedad hoy acoge a esta organización voluntaria, la más antigua, y es capaz de responder, no a las demandas de sus miembros, que no las hacen, pero sí a las demandas de la propia sociedad chilena para estar a la altura de una organización que en 150 años ha enseñado, en la tarea cotidiana, el ejercicio de los valores con los cuales queremos nosotros ser identificados: Los valores de la ética y la moral, los valores del servicio y la solidaridad, los valores de la eficiencia, la educación y la capacitación para servir. Y porque existen esos valores, la sociedad chilena tiene ahora una posibilidad de pagar una deuda largamente exigible.

Confío en que estos proyectos tengan una tramitación rápida, y confío en que, de esa manera, la sociedad chilena estará a la altura de aquellos que aquí soñaron, en este puerto que hoy nos enorgullece a todos.

Felicitaciones, Bomberos de Chile por este aniversario. Felicitaciones por ser fieles al ideal de los fundadores, de aquellos que dieron sus vidas por este ideal. Pero felicitaciones también, a cada uno de ustedes por hacernos comprender que por la organización que ustedes tienen, Chile hoy tiene posibilidades de ser una sociedad mejor. Muchas gracias, y que sigan trabajando para combatir al dragón del fuego.


Valparaíso, 30 de junio, 2001

No sabemos como continuó el proceso legislativo ni tampoco en qué estado se encuentra, pero también desconocemos los argumentos de las aseguradoras y en las declaraciones que se han hecho no se ha tocado el tema.


A lo mejor no tiene nada que ver, pero desde nuestra modesta opinión, el seguro obligatorio habría compensado de más a las compañías de seguros su mayor aporte en favor de los Bomberos Accidentados, que por lo que se ha comentado ha aumentado diez veces.

Todos los Bomberos estamos preocupados y alertas, con mucha razón, por lo que sucede en este aspecto y también por las noticias que se han publicado sobre embargos de carros debido a la deuda que se mantiene por prestaciones que se han hecho en entidades hospitalarias, en el fondo todas relacionadas a lo mismo, pero que una vez más no es la culpa de los Bomberos.


Nosotros entregamos nuestro mejor esfuerzo en cumplir con este servicio de utilidad pública, pero hay situaciones que nos sobrepasan y ellas no deben ser otro motivo de preocupación para los Bomberos sino para el Estado, que es el responsable de la seguridad ciudadana.


Entonces, nos queda la duda si el accionar de la Junta Nacional, con el gasto que debe significar, debe enfocarse sólo en contra de la actuación de las Compañías de Seguros que hasta ahora han cumplido su parte, o también planteando su inquietud directamente al Gobierno, ya que es el Estado el responsable final por lo que hagan o no hagan las autoridades políticas y como consecuencia lo que afecte al servicio bomberil.


Los Bomberos sabemos que para apagar un incendio hay que dirigir el agua al fuego y no al humo.


ATINA BOMBEROS