24 mayo, 2006

Accidentes de Bomberos en actividades del servicio


Hemos tratado en este Atina Bomberos varias situaciones en que participa con mucho poder, demasiado para mi gusto, la Superintendencia de Valores y Seguros.

La participación de la SVS con los Bomberos no es nueva. Más bien desde que se entregaron las primeras “ayudas” puntuales, otras veces esporádicas y siempre insuficientes, se le encargó a ella la entrega y control de los fondos y la recaudación con las Compañías de Seguros en los casos que correspondía.

Me estoy refiriendo que aparece en la vida de los Bomberos mas o menos desde la década de 1930, cuando se llamaba Superintendencia de Compañías de Seguros, Sociedades Anónimas y Bolsas de Comercio, probablemente debido a que las Compañías de Seguros han sido cooperadoras, voluntarias o no, de subvenciones que se les entregan a los Bomberos y sobre todo por la Ley de Bomberos accidentados en actos de servicio, que se dictó por los años cuarenta.

La actual SVS ha participado en el tiempo en distintas instancias, comisiones u otras que se formaron para ver forma de “ayudar” a los bomberos, como súbita y fugaz preocupación de algunos gobiernos de Chile, que terminaron normalmente obligando a los particulares a subvencionar a los bomberos.

Claro que podría decirse que si el Estado financiara toda la actividad bomberil, también seríamos todos los ciudadanos los que estaríamos pagando vía nuestros impuestos, como de hecho se hace con todos los funcionarios públicos y todo lo público.

Pero en el caso que escribía antes, las compañías de seguros debieron hacerse cargo de algunos aportes desde un principio, por lo cercanos a ellas que eran los incendios y la acción de los bomberos, por lo que seguramente alzaron las primas y al final terminaron pagando sólo las personas naturales o jurídicas que aseguran sus bienes.

Como hemos dicho en otros artículos, hasta donde sé, las relaciones siempre fueron cordiales y de cooperación hasta hace poco donde definitivamente cambiaron para mal.

Pero tampoco se puede ser absoluto en culpar a alguien o victimizar a otro. Como todo en la vida hay situaciones que no quedan totalmente claras, en las cuales es obligación consensuar y establecer criterios.

Pero no siempre se hace, por el contrario se trata de imponerlos, generalmente por parte de la SVS que muchas veces ha dado instrucciones incluso escritas, que ha debido enmendar por impracticables, ya que no consulta antes la opinión de los afectados, los Bomberos y por lo mismo a la Junta Nacional que los representa.

Una materia de mucha importancia y que no se ha resuelto aún, es la relativa a los Bomberos accidentados en actos del servicio, que si bien está claramente definida por el DL 1.757, se ha prestado para algunas situaciones que debieran dilucidarse lo más posible, para bien de todos.

Recordemos que el artículo primero del DL 1.757 del ministerio de Hacienda dice:
Los accidentes que sufran y las enfermedades que contraigan los miembros de los cuerpos de bomberos, en actos de servicio, con ocasión de concurrir a ellos o en el desarrollo de labores que tengan relación directa con la institución bomberil darán derecho a las indemnizaciones y beneficios que contempla el presente decreto ley.........”

Creo que en concepto y lenguaje bomberil, un acto de servicio podría definirse como una actividad citada por el Cuerpo de Bomberos o una Compañía a la que deben concurrir los bomberos o bomberas y que originan una Lista de asistencia oficial o de abono para los que concurrieron.

Entenderíamos entonces que está referida a Incendios declarados o no, Academias, Rescates, Emergencias Hazmat, Acuartelamientos, Funerales, Ejercicios, Reuniones de Compañía, Simulacros y otros llamados por emergencias como inundaciones, terremotos y derrumbes.

Además hay otras actividades que no dan derecho a listas pero que son citadas, como por ejemplo Reuniones de Directorio, reuniones de Capitanes, Juntas de Oficiales, reunión de Oficiales Generales, de Comisiones en el Cuerpo, Consejos de Disciplina, Asambleas Regionales, Viajes dentro y fuera del territorio nacional para asistir a cursos o reuniones oficiales.

Pero hay muchas otras actividades que desarrollan los bomberos por su condición de tales, que no se incluyen en ninguna de las anteriores, como son salir en el carro a cargar combustible, o llevarlo al garage, llevar correspondencia al Cuerpo, vender números de rifa, campaña del sobre, pararse con un tarro a pedir plata en los caminos y otras que no se me ocurren ahora.

Pero hay un problema en determinar cuándo comienzan y terminan algunas de las actividades anotadas, ya que todas están relacionadas con lo bomberil, pero no todas son muy controladas.

Si es un Llamado o citación es claro que se inicia desde el momento que el bombero o bombera inicia el trayecto del lugar donde se encuentra al de la emergencia o citación, entendiéndose una distancia y demora razonables y bastante comprobables.

Pero cuando no hay llamados o citaciones no es tan fácil establecer el tiempo de trayecto, por lo que debiera determinarse lo más posible las condiciones que se considerarán para quedar contemplado dentro de los beneficios de la ley, lo que obviamente debe ser lo más comprobable posible.

Por ejemplo: Si un bombero está haciendo campaña del sobre o vendiendo rifa de civil, está cubierto, pero ¿desde cuando? y hasta que regrese ¿a donde? ¿a su casa, al cuartel? ¿Debe estar de uniforme?

Uno tiene que entender que son innumerables las situaciones donde puede acontecer una desgracia que afecte a un bombero, como a cualquier ser humano y eso no necesariamente pasa por ser causa el que sea bombero, por ejemplo, si un bombero se enferma del estómago estando en la guardia nocturna o en el salón o en el casino no parece que sea una enfermedad relacionada con el servicio. Un infarto en la guardia nocturna en el momento de reclusión o acuartelamiento, pareciera más razonable.

Pero esas podrían ser opiniones válidas o no. Lo importante sería establecer la generalidad para revisar sólo los casos discutibles.

Porque como lo dijimos en otro artículo de ATINA BOMBEROS, hace unos meses atrás cuando falleció un bombero de la IV Región, que hizo un paro cardíaco en un rescate, pero falleció en el hospital, la SVS impugnó esa muerte como consecuencia del servicio, ignorando la clara disposición de la Ley. Afortunadamente Bomberos pudo revertir esta absurda pretensión.

Hasta donde sé aún no se ha podido obtener la misma solución en el caso de un Teniente del Cuerpo de Ñuñoa que en junio de 2005 estando en el Cuartel de regreso de un rescate y mientras esperaba para participar en otra actividad que realizaría su Compañía le vino un infarto al corazón y falleció.

Y en casos posteriores, menos trágicos la SVS ha cuestionado lesiones o enfermedades como producto de un acto de servicio.

Se ha burocratizado el cobro de subsidios por parte de los Bomberos accidentados. Se ponen trabas, en general se obstaculiza la obtención de beneficios para estas personas, que se han accidentado en servicios bomberiles y además han complicado su vida civil.

También han aparecido artículos en la prensa, donde familiares han reclamado por posibles accidentes de bomberos, que no están claramente identificados, que podrían dar o no derecho a atención o indemnizaciones, pero que no es bueno discutir cuando el problema se produjo, sino antes para tranquilidad de todos y trasparencia del sistema.

Son varios los que creen que la SVS excede sus atribuciones en muchos casos y uno de ellos sería la emisión de la Circular 180 de mayo del 2005, que interpreta de manera antojadiza el artículo 1º de la ley 1.757, limitando su aplicación, cuando se suponía serviría para ayudar en el procedimiento.

A todos nos han enseñado que cuando la ley es clara no proceden las interpretaciones, pero parece que eso a la SVS la tiene sin cuidado.

Se entiende que debe protegerse el intento de cobros indebidos que puede existir alguna vez, pero con control. No limitando unilateralmente una ley.

Si no habría que preguntarle a las Mutuales de Seguridad, cómo lo hacen con los “accidentes de trayecto los días lunes” de muchos trabajadores que jugaron fútbol el fin de semana.

Los aportes de las compañías de seguros aumentaron considerablemente con la modificación que hizo el gobierno del ex presidente Lagos a la ley 1.757 que mejoró las indemnizaciones en caso de muerte y también la atención de los bomberos heridos.

Claro que cuando hizo el anuncio el 30 de junio de 2001, en la celebración del sesquicentenario del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso y por ende de los Bomberos de Chile, el propio Presidente anunció que también enviaría un proyecto de seguro obligatorio de incendio, que compensaría el mayor gasto de las compañías de seguros, pero hasta donde sé el proyecto no se ha visto en el Parlamento.

¿Será que para suplir los efectos por la no promulgación de esa otra ley, se intenta no cumplir con una ley que es clara y está vigente?

Recuerdo que el proyecto de ley se complicaba por el efecto que podría tener la inminente discusión en esos días, de la Ley de Rentas Municipales II, que haría que el Gobierno tuviera que subsidiar o pagar las primas de seguro de viviendas de un determinado avalúo, pero hasta ahí no más tuve conocimiento.

¿Y eso lo deben pagar los bomberos muertos o accidentados cubiertos en el artículo 1º de la ley 1.757, pero impedidos de beneficios por intervención de la SVS, para compensar a las aseguradoras talvez?

No se puede olvidar tampoco que cuando el Gobierno de Chile envió tropas para apoyar a Haití, con un costo inicial de US$ 3 millones, se les rebajó de su subvención a los Bomberos un poco más de un millón de dólares.

¿Nuevamente los Bomberos estamos sufriendo y pagando con nuestro esfuerzo personal, situaciones que las autoridades de nuestro país no solucionan por problemas quizás políticos?
ATINA BOMBEROS

10 mayo, 2006

Preocupación por las actitudes


En los primeros artículos de este Atina Bomberos establecimos que la idea era referirse a situaciones que afectaran a cualquiera de los tres actores: Las Instituciones, los Bomberos y el Estado o Gobierno en este caso.

El tema que trataremos en Atina Bomberos justamente implica a los tres actores, donde parece que todos tratan de hacer las cosas lo más difíciles posible. ¿Por qué o para qué?, Me encantaría entenderlo por si pudiera ayudar, pero no es así. ¿Celos, ceguera, orgullo, porfía?

Una situación que ha estado perjudicando mucho a los Bomberos desde hace por lo menos tres años, es la referida al impasse surgido entre la Junta Nacional y la Superintendencia de Valores y Seguros y que ha redundado en un entorpecimiento en la entrega oportuna de los fondos que dispone la ley para Bomberos.

El tema en sí no es tan complicado de resolver, pero falta lo principal: La voluntad para hacerlo.

La historia de por qué se llegó a esto es larga y son varios los que la conocen de primera fuente, pero no es la idea narrarla sino intentar analizar desde nuestro punto de vista donde están los problemas y cuales deberían o podrían ser las soluciones.

Reconozcamos que los Bomberos nunca hemos sido muy ordenados ni prolijos en nuestras cuentas. Muchas veces por falta de conocimientos o porfía, intentamos hacer las cosas “a nuestra pinta” y esperamos que por “el hecho de ser voluntarios” las acepten de la manera que queremos presentarlas y no como se debe.

La SVS desde hace varios años tiene establecidos los requisitos que los Cuerpos deben cumplir para rendir los gastos operacionales y lo que se debe considerar para solicitar las Ayudas Extraordinarias para reparaciones de carros o construcciones menores en cuarteles.

Ejemplo: Enviar tres presupuestos distintos, indicando nombre y Rut de los contratistas; que se incluya el Iva en el precio; que sea por el valor total con detalle de los trabajos; que las tres cotizaciones se refieran al mismo trabajo y características; que vayan firmados por el Super y otro Oficial; que se indiquen plazos de entrega, etc. Incluso da la posibilidad de presentar menos presupuestos si en localidades remotas no hay mas proponentes y se indica como informarlo. Además permite aprobar presupuestos mas caros si uno de los oferentes ha demostrado eficiencia en trabajos anteriores y da mas garantía..

Según mi opinión, es razonable y factible de cumplir. Es un manual de corta palos.

Pero muchas veces no se hace como se pide y las razones son variadas pero no siempre válidas.

Es necesario recordar que en los primeros meses del año 2000, se produjeron muchos problemas por mal uso que dieron algunas ONG a fondos que recibían para “sus fines”, que se desviaron políticamente y otros que inexplicablemente desaparecieron.

Entre el año 2002 y 2003, a raíz de la misma preocupación por mejorar los controles, unido a la denuncia de un Diputado y las acusaciones de dos cuerpos, uno de la Octava y otro de la Décima Región, la Contraloría General de la República hizo un exhaustivo análisis a la Junta Nacional, no encontrando según el informe, ningún dolo ni falta en cuanto al manejo y contabilización de los dineros entregados por el Estado y la ley 18.046, lo que desmintió totalmente las acusaciones.

Sí observó que en la Junta había ausencia de procedimientos para una serie de situaciones, desde licitaciones periódicas para compra de material mayor y menor, hasta políticas o reglamentos, incluidos los de asignación de estos materiales a los Cuerpos, las que se han solucionado en parte y aplicado en parte también.

Pero asimismo la Contraloría cuestionó la labor de la SVS, en varios aspectos referidos a su función, es decir el control del uso y destino de los fondos entregados por el Estado.

Esto unido a otros incidentes anteriores, originó un tremendo cambio negativo y para mi gusto excediendo sus facultades, en la actitud de la SVS, situación que aparentemente no se ha aclarado hasta la fecha.

Si bien las relaciones antes habían sido amistosas y cooperadoras, (como deberían ser siempre), ahora se tensaron de manera increíble. La SVS cambió su rol de proveer los recursos dispuestos por la ley y controlar su uso y destino, a inspeccionar y discutir la gestión de los Cuerpos y de la Junta, llegando a extremos tales como cuestionar la necesidad de efectuar determinada reparación por equis motivo o estimar que la solución podría ser otra, obviamente según la opinión de personas del área contable y no de la construcción, como en último caso podría haber sido mas razonable.

Hasta donde sé, por lo menos una vez paralizó la reparación de un carro bomba con el pretexto de tener dudas sobre si había alguna irregularidad en la obtención del presupuesto e incluso denunció al Cuerpo ante el Ministerio Público, el que archivó los antecedentes.

Los funcionarios de la SVS recorrieron el país, de Arica a Punta Arenas, literal, visitando cuerpos donde se estaban efectuando reparaciones y con huincha de medir en mano comprobaron si las superficies en reparación o construcción eran las mismas del presupuesto.

También aprovecharon esas visitas para exhortar a los Cuerpos a salirse de la Junta y contactarse directamente con ellos que serían los indicados para solucionar los problemas de los bomberos, ya que administraban la plata (o en el fondo tenían el poder). Lamentablemente los Cuerpos que recibieron estas proposiciones las informaron por teléfono o personalmente, pero ninguno la dejó por escrito. ¿ ?

Está mas que claro que esta situación, que se mantiene hasta hoy es absolutamente inaceptable, tal como lo he dicho en artículos anteriores.

Pero muchos bomberos encargados de los Cuerpos también tienen tejado de vidrio. Se han pagado facturas por trabajos no efectuados, en otros los proveedores han sido parientes del Super o comandante o alguno de ellos mismos. En otros se han hecho reparaciones o inversiones distintas a las aprobadas. Y muchísimos más que prefiero no incluir, algunos de ellos detectados por la SVS.

Eso lo sabe todo el mundo. Pero que quede muy claro: No estoy diciendo que todos los bomberos sean así, ya que la inmensa mayoría es honesta, pero que hay casos así, lamentablemente es cierto. Como sucede en todas partes por lo demás.

¿Que aprovechó hacer la SVS?: Endurecer las instrucciones. Ahora hay que declarar en las solicitudes si algún cotizante tiene algún grado de parentesco con algún bombero o si él es bombero en alguna parte. (sic) Si se llegara a omitir esa información se rechaza la solicitud.

¿Y que se ha hecho al respecto? :

Varias acciones importantes y con sentido, pero falta lo fundamental.

Se han dado por parte de la Junta numerosas instrucciones, seminarios y charlas complementarias y explicativas de las normas de la SVS para cumplir con lo que se pide. Se han confeccionado formularios fáciles de completar, charlas sobre los aspectos jurídicos, etc., pero los cuerpos siguen haciendo y mandando las cosas a su manera: Presupuestos por trabajos distintos; formularios incompletos; se adjuntan cotizaciones conseguidas con personas que no reúnen ningún requisito de seriedad, etc.

Además la Junta contrató Contadores en todas las regiones, como Jefes de Operaciones rentados y disponibles diariamente, para que ayudaran a los cuerpos a solucionar estas falencias, en el entendido que no en todas partes los jefes bomberiles serían buenos para el papeleo y los números o no dedicarían el tiempo necesario. Pero no siempre se utilizan esos servicios, como tampoco los programas computacionales de que disponen en sus equipos. ¿Será para mantenerse independientes de la Junta y proteger su autonomía? Total nadie los puede obligar...

¿Por qué decía mas arriba que no se ha atacado lo fundamental?

Porque estamos intentando apagar un fuego como bomberos inexpertos, es decir tirando agua al humo y no al foco.

¿Cómo ir a la causa en vez que al efecto? Reglamentando nuestras acciones y exigiendo que se cumplan. Denunciando a la justicia a los que comenten actos dolosos. y Acusando con fuerza a la SVS cuando se excede en sus atribuciones.

El sistema bomberil chileno hace mucho tiempo que dejó de ser un servicio donde personas bien intencionadas o quijotescas ponían su propio dinero e ideas para ayudar a los demás en esta actividad.

Hoy día es profesional y debe serlo así, porque ya no bastan los bien intencionados que ignorantemente intenten hacer lo que buenamente puedan para sofocar un incendio o atender un rescate vehicular, ni hay mecenas que lo financien. Hoy hay peligros nuevos, pero también materiales nuevos, tecnologías nuevas y equipos nuevos, que es indispensable utilizarlos bien y para hacerlo hay que estar capacitado y tener los recursos necesarios.

Pero eso no se aplica sólo para la parte activa, sino para la económica también, donde hay que obtener los mayores recursos disponibles y administrarlos bien y también profesionalmente. Claro que si no se cumple no hay sanción.

Si se ponen a disposición recursos profesionales, debería ser obligación utilizarlos y los Consejos Regionales deberíann exigirlo, pero tampoco todos lo hacen, porque no tienen atribuciones y en el fondo los Cuerpos reconocen a los regionales sólo cuando necesitan su apoyo.

Y se siguen devolviendo solicitudes de Ayuda Extraordinarias por mal presentadas o mal completadas o por que hay alguna rendición de fondos anterior pendiente o mal rendida. Sigamos perdiendo tiempo...

Y como decía al principio, a raíz que se detectaron problemas con algunas ONG tránsfugas que en chileno, se fundieron con la plata, la Contraloría instruyó que no se pueden entregar fondos fiscales si hay rendiciones pendientes.

Y COMO LOS BOMBEROS SOMOS UNA ONG MAS, caímos en el mismo saco, con lo que en algunos casos han quedado Cuerpos fuera de servicio por no poder reparar el carro, por alguna rendición objetada.

Pero ahí aparece la mano “dadivosa” de la SVS, que les entrega dineros que deben rendirle directamente a ella, pasando a llevar la norma legal que dice que las rendiciones de gastos operacionales deben ser visadas sólo por las Gobernaciones o Intendencias, o de la Contraloría de no entregar fondos si hay rendiciones pendientes y que las por ayudas extraordinarias deben pasar primero por la Junta Nacional.

¿No sería más lógico autorizar a la Junta Nacional para que manejara algunas situaciones especiales como las nombradas, ya que tiene sistemas y experiencia para ello? NO, hay que hacer “gallitos” hasta donde se puede...

Entiendo que para poder abarcar mas allá de sus funciones, la SVS ha debido aumentar su dotación en cerca de cinco personas, sólo para controlar más a los bomberos.

Así, se pasa a llevar y se debilita aún más la frágil estructura bomberil, que aunque tiene todos los elementos para funcionar muy bien, no lo hace pues no tiene autoridad reconocida por los Cuerpos, quizás por la falta de obligaciones y atribuciones claras y escritas. Tiene las personas ( no digo que siempre las más adecuadas), las normas, oficinas, secretarias, y redes computacionales desplegadas a lo largo de Chile, pero su utilidad en la práctica es mínima.

Lamentablemente de esta confusa situación entre Junta, Consejos Regionales y Cuerpos se aprovecha arteramente la SVS, que anima a los cuerpos a que recurran directamente a ella para que les solucione los problemas, con una manga mas ancha que la que se les permite a los bomberos.

Y la Junta no puede golpear la mesa frente a la SVS porque sabe que tampoco ha cumplido con todo lo que se le sugirió por parte de la Contraloría y que algunos cuerpos están contentos con la situación actual por eso “de a río revuelto ganancia de pescadores” y no la apoyarían con firmeza o intentarían negociar algo con ella.

Entonces en vez de darse pasos concretos y consistentes para una solución nos metemos más en un círculo vicioso:

Los Cuerpos no cumplen, los Regionales no controlan, la Junta rechaza y lo devuelve, los Regionales lo entregan a los Cuerpos, éstos insisten con modificaciones cosméticas y se repite el trámite, quedando el Cuerpo molesto con el Regional por la tramitación, por lo que se dirige a la SVS para que haga una excepción. Nadie le dice nada al Cuerpo, sólo se envía una nota de reclamo a la SVS y el Cuerpo queda discutiendo sobre si vale la pena o no estar en la Junta.

¿Y que hacemos para defendernos más vigorosa y eficientemente? Poco, errático y no articulado a través de Chile.

Me preocupa que esta situación se mantenga y no lo digo por inteligente ni adivino, sino porque tengo experiencia en administración de empresas y como tal se debería considerar y gestionar el conjunto del bomberismo chileno, que administra importantes valores.(Sólo la Junta aproximadamente veinte mil millones de pesos, más los Cuerpos)

Es un servicio público fundamental para Chile que nadie mas lo puede hacer, se movilizan 35.000 bomberos y bomberas, se administra mucha plata y ¿cada uno pretende hacer lo que quiere?

¿No es una situación peligrosa, casi indefendible ante alguien que tenga otras intenciones? No quiero ni puedo ser alarmista, porque desconozco si hay otras intenciones ahora o la habrán para el futuro, pero es un tema que hay que tener en cuenta.

Desde hace un tiempo un organismo del Estado se ha introducido impropiamente en la organización que los mismos bomberos se dieron y nadie hace nada eficiente por defenderla. Por el contrario se sigue actuando como si nada estuviera sucediendo (o se aprovecha si en algo conviene).

¿Quién debe detectarlo? ¿Quién tiene que dar el primer paso para solucionar esto?

Creo que es simple pero no muy fácil:

Primero, pensemos en nuestro servicio voluntario, el que queremos siga siéndolo y en si cada uno por su cuenta puede mantenerlo eficazmente en el tiempo.

Segundo, hagamos las cosas bien, como se debe. Aceptemos con inteligencia la ayuda disponible. No nos debilitará. Cooperemos cumpliendo con las normas. En todo el mundo existen y es indispensable tenerlas y respetarlas.

Tercero, no seamos esclavos de paradigmas añejos como la autonomía per se. Nunca se es totalmente autónomo. Puede caerse en algo mucho peor.

Cuarto, seamos leales con nuestras estructuras. Si creemos que algo se puede mejorar, planteémoslo directa y respetuosamente. No seamos oportunistas del corto plazo, ni nos dejemos encantar por cantos de sirena. Necesitamos estar unidos.

Quinto: Estos problemas tenemos que solucionarlos los Bomberos, con comprensión y generosidad. Si no, terminaremos igual que Perú, sin mirarlo en menos, donde hace 50 años el Estado los fundió en un solo cuerpo voluntario nacional.

Hay un ejemplo de los biólogos con la rana que se utiliza en administración:
Dicen que si se deja caer una rana en un tiesto con agua caliente, ésta reacciona de inmediato y salta fuera del agua.
En cambio si se la introduce en el mismo tiesto con agua helada y se la va calentando de a poco, cuando la rana detecta el peligro ya no puede saltar.

¿PODREMOS HACER ALGO AL RESPECTO ANTES QUE SEA DEMASIADO TARDE?

(Ya hablaremos del cuestionamiento de accidentes en actos de servicio de algunos bomberos ).

ATINA BOMBEROS

04 mayo, 2006

¿Cual es nuestro perfil de Bomberos?

Antes que nada, una explicación necesaria:
Mi ausencia del blog fue más breve de lo que pensaba, debido a dos buenas razones:
La primera, las conversaciones con algunos amigos bomberos que insistieron en la conveniencia de mantener este tipo de páginas por su contribución al bomberismo y dos opiniones recién llegadas de Bomberos que no conozco y a los que agradezco mucho sus palabras.
La segunda, por mi propia salud mental ya que tengo muchas inquietudes para compartir y si no lo hago me voy a sentir culpable o me voy a enfermar.

Atina Bomberos para mí, tiene un efecto parecido al que le produce al hombre que sube a la cima de un cerro a gritar "sus verdades” aunque no lo escuche nadie.

En este caso debo reconocer que por lo menos algunos leen y por lo mismo pueden escuchar y que no opinen es una pena por la oportunidad que se pierde, pero yo al menos voy diciendo lo que siento y talvez a más de uno le servirá para reflexionar al respecto.

El tiempo dirá si sirvió para algo, pero como persona y Bombero debo ser fiel a los principios y valores en que creo y que estoy seguro son parecidos a los de los que visionariamente nos fundaron, los que con gloria nos han antecedido, a los que hoy con su esfuerzo mantienen vivo este ideal forjado con amor en 155 años y leal con los que espero tendrán los que nos sucederán en el futuro.

Como vamos cambiando...

No sé si existirán estudios sociológicos o psicológicos sobre el perfil del bombero chileno.

Debe ser interesante conocerlo, porque deberían aparecer muchísimos aspectos positivos y valóricos y también varios negativos.

No pretendo hacer yo ese perfil porque no tengo los conocimientos teóricos, por lo que sólo puedo reflexionar desde mi experiencia.

El Bombero es una persona que ingresa joven a la institución por diferentes motivos que pueden ser o no acumulativos: Tradición familiar; amigos que son bomberos; deseos de aventura; ganas de sentir la adrenalina fluyendo a full en un incendio; por demostrarse audacia y superar miedos; por interesarse en esta vida tan peculiar; por figurar o impresionar a alguien; por “tincarle”; sólo por deseos de servir a la comunidad y quizás cuantas más; pero siempre con la seguridad de que se entra en un servicio del que otros esperan de uno.

Y el que ingresa sabe que se someterá voluntariamente a un régimen disciplinado que le entregará muchas satisfacciones, pero le quitará libertad, le demandará gastos por cuotas mensuales y por uniformes, le hará cambiar algunas de sus costumbres o gustos, como no poder “carretear” muchos fines de semana por tener que hacer Guardia nocturna, cuidarse en los tragos para poder tripular el carro y otras limitaciones que se asumen con más o menos agrado.

En dos palabras, un Bombero de Chile es una “buena persona”, como lamentablemente no hay muchas hoy en día.

Al poco tiempo dentro de la Compañía se dará cuenta que todo lo que esperó se está realizando - salvo lo desagradable de tener que pedir limosna - y que se siente feliz de ser útil a la sociedad en una tarea que nadie más que los Bomberos saben hacer bien.

Quizás los primeros cinco o seis años son los más lindos, aunque deben compatibilizarse estudios, trabajo y pololeo para cumplir a lo menos con las Listas obligatorias para que no lo "pillen". Las medallas llegarán después.

Es como el tiempo de la infancia o adolescencia. Se entrega alegremente lo mejor de uno sabiendo que alguien velará por su seguridad y bienestar.
Aparecen, se demuestran y se viven valores o conceptos, como lealtad, valentía, solidaridad, heroísmo, abnegación, colaboración, disciplina, desprendimiento, unión, trabajo en equipo, deseos de capacitarse y varios otros. Todos positivos.

Es rico esperar los incendios, pasar en el cuartel la temporada de los incendios forestales, donde a lo menos habrá uno por día, sobre todo porque además coincide con las vacaciones; Conversar con los “viejos” sobre anécdotas y otras historias bomberiles, ciertas o no, etc. Lindo, entretenido, motivador. Se trabaja harto pero se disfruta mucho.

Van pasando los años y el Bombero raso va debiendo asumir cargos de Oficial, para lo cual puede ser entrenado o no, pero aún queda tiempo: Hay toda una vida por delante.

(En mis tiempos de bombero joven, en la Tercera existían los Sargentos, cargos de sub oficiales que servían para aprender del mando y de las responsabilidades de los Oficiales como llevar el Libro de Guardia y asumir el mando activo en ausencia de los Oficiales: Inolvidable 1967 para mí)

Y mientras se ejercen cargos de oficiales subalternos, la realidad bomberil se sigue viviendo dentro de los cuarteles y de la Compañía, salvo una que otra escaramuza con oficiales de otra Compañía en algún acto de servicio, que normalmente es solucionada por los superiores sin mayor drama.

Pero a medida que se va llegando a los cargos superiores, no por ello mucho más importantes, la realidad va cambiando. Van apareciendo otros sentimientos, ambiciones más o menos leales con la causa global y deseos de mayor representatividad, protagonismo o figuración personal.

Ahí se complica lo lindo de la infancia y la pubertad bomberil y algunas veces se ensucia también... Como es la vida del adulto.

¿Por qué cambiamos tanto?

Varias veces empieza a confundirse la representación entre lo que piensan o dicen las Compañías con lo que personalmente piensan los que las dirigen y se empieza a incubar una dramática incomunicación entre los Bomberos de Compañía y sus representantes, llámense Directores o Capitanes, que se convierten en verdaderos filtros de información.

Y allí, en las reuniones de Directorio de los Cuerpos o en las Reuniones de Capitanes muchas veces se presentan posiciones que no siempre son compartidas por las Compañías. No estaría mal ya que fueron elegidos porque eran considerados capaces de representar el mandato que les dieron y ése pasa por poder discernir con buen criterio lo que es más conveniente para la Institución.

Pero en algunos casos, al igual que sucede con Oficiales Generales, Regionales o Nacionales, queda la duda de qué es lo más conveniente para qué Institución: ¿Cuerpo, Compañía, Junta Nacional o Regional?.

¿O de la propia y personal?

Muchas veces éste es el punto donde se inician los reales y graves problemas que separan y complican a los Bomberos. Como se ha dicho tanto: ¿Uno entra a una institución para servir o para servirse de ella?

Y muchas veces el que despotricaba contra lo que hacía su antecesor, al asumir el cargo lo hace varias veces peor, olvidándose de sus anteriores dichos y sentimientos.

Lo bueno para él es que nadie se lo echará en cara porque ahora él es el jefe y por lo tanto les serán sumisos en las reuniones oficiales y hablarán en contra de él gran parte del tiempo restante, lo que no siempre sabrá por lo que tampoco le importará mucho.

Pero a sabiendas de esta realidad, en las Instituciones, (no tanto en las Compañías), el jefe podrá hacer y deshacer a su entero placer ya que por “tradición o costumbre” muy pocos Directores le discutirán de frente, por lo que en el fondo todos lo apoyan ya que lo normal es no dejar constancia en acta del disenso.

Una vez un Super le preguntó a otro Oficial General sobre una determinada decisión en que tenía una duda. Su respuesta: Nunca se ha hecho así, pero si a tí te parece, hazlo. ¿Era sincero? ¿O le daba lo mismo lo que ocurriera?, o quizás serviría o ¿esperaba que se equivocara para criticarlo después?

Como varias veces ha dicho un distinguido Oficial Nacional: ¿Por qué será que los Bomberos que son tan buenas personas, leales, unidos y solidarios cuando están ante el peligro del servicio o una catástrofe, son tan virulentos y crueles en sus rivalidades?

¿Por qué no se pueden cultivar los trabajos en equipo? ¿Es desconfianza hacia los demás o temor a que puedan tener mejores argumentos que los propios en un momento?

Siempre he querido pensar que como esta actividad es esencialmente valórica, los valores o creencias personales pesan mucho en las decisiones, lo que en el fondo si bien es entendible, desde el punto de vista de la organización puede ser nefasto.

Que un ser humano, hermano del mismo ideal se olvide de lo que se comparte para dar rienda suelta a favores o rencores hacia alguien, sin acordarse que hay normas de convivencia establecidas en la Constitución de la República, en los Estatutos y Reglamentos, en este caso de los Cuerpos, no es aceptable ni entendible.

Se exageran los favores por distintos motivos, muchos de ellos de interés personal (apoyo, votos, “hacer vista gorda”) olvidando que los recursos son de la institución y no de propiedad de ellos. Por otro lado se consideran ofensas personales o a la disciplina cualquier disenso, aunque esté de acuerdo al reglamento y se castiga con dureza.

Para qué decir de cuerpos chicos de dos compañías, en que una, la del Super, tiene todo en cuanto a materiales y la otra, nada. Pero que se prepare para cuando pueda darse vuelta la tortilla...

Y sin embargo, los demás que comparten el poder nada dicen. ¿Por qué? ¿Pensarán que el jefe si se cae se caerá solo? ¿Les interesa tanto el puesto?Ignorantes o indolentes, no sé que es peor ni qué se ajusta más.

Lo qué sí tengo claro es que todos quieren ser caudillos o dictadores en su nivel, por lo que no aceptarán ni ayudas ni críticas.

Y lamentablemente no son pocos los que terminan su mandato por motivos diferentes y se transforman en bomberos despechados, negativos y que divulgan rumores o simplemente que son ignorados por todos.
Sin darse cuenta han aparecido varios anti valores o conceptos, que se cambian: Egoísmo, prepotencia, personalismo, protagonismo, arrogancia, intolerancia y varios más.

“Después de mí el diluvio...”

En la mayoría de los Cuerpos no se planifica ni siquiera a mediano plazo. No hay preocupación por el desarrollo de la institución: Se vive sólo el HOY. ¿Mañana? En una de esas es problema de otros... “Si me consigo un carro me lleno de gloria. Otros verán como lo pagan. Mientras yo esté en el poder me las arreglaré para no pagar, eso lo saben y por lo mismo votarán por mí”; “Si hay una oportunidad de adquirir algo, útil o no, lo compro, ya veremos como se paga. Sirve para mi imagen ”; ¿Establecer prioridades o proyectos mayores que después puedan beneficiar a otros? Loco.

Por otro lado, sobre todo en los cuerpos más grandes que cuentan con una variada gama de profesionales o técnicos entre sus filas ¿ a cuántos le piden asesoría para no decir cooperación o ayuda? ¿Sería hipotecar el poder? "Si coinciden y avalan lo que pienso bien, si nó están equivocados"

Como dice un amigo que se preocupa de estudiar estas cosas: ¿Cuantos ex Oficiales Generales siguen colaborando activamente en los Cuerpos dentro de los diez años siguientes al que dejaron el cargo? ¿Es qué su experiencia no podría haber servido de algo a alguien? Varios Cuerpos tienen incorporado en sus reglamentos una solución a esto con resultados a la vista. Muchos siguen viendo un peligro en eso.

La respuesta la conocemos casi todos y nos sirve para entender porqué los Bomberos no podemos crecer como institución profesional, no tanto en el servicio activo gracias a Dios, sino como organizaciones más modernas y eficientes en el uso de los recursos humanos tan ricos que tenemos y gratis que podrían compensar en parte la falta de recursos económicos. Y es sólo por culpa de nosotros.

¿En qué momento nos lavamos el cerebro para dejar de pensar en forma similar a como cuando ingresamos, cuando todo era buenos propósitos, buenas tradiciones de caballeros y los mejores deseos y empeño de hacer las cosas bien?
Un muy grato oasis

En Valparaíso, desde el año 2001 (sesquicentenario del Cuerpo Fundador) nos reunimos cada cierto tiempo a almorzar en un Cuartel cedido gentilmente por alguna Compañía, el “Cuartel de los 60”, formado por los que ingresamos a las distintas Compañías en esa década.

Ya todos somos adultos (no mayores todavía). Un gran número ha sido Oficial General o de Compañía y algunos aún lo son. Lo rico de estas reuniones es que mantenemos el mismo espíritu festivo y amistoso que teníamos cuando nos encontrábamos en los techos.

Por supuesto que hablamos de bomberos, de historia, de carros, de anécdotas, de algún pelambrillo, pero con la jurada abstención de intervenir en asuntos contingentes, a menos que a alguno en forma personal e individual se lo solicite en otra instancia la autoridad del Cuerpo.

¡Y que bien lo pasamos! Somos amigos o conocidos desde hace más de cuarenta años y mantenemos el espíritu de cuando ingresamos. La mayoría, estamos nuevamente disfrutando de la alegría de ser Bombero raso, poder participar responsablemente en actos de servicio, pero sin mayores ambiciones u obligaciones, aconsejar cuando se nos pide, pero contentos de volver a vivir muchos de los sentimientos que nos hicieron ingresar a Bomberos.

Entonces, si se intentara hacer un perfil del Bombero Chileno, ¿cual etapa de la vida marcaría las características más relevantes?

Es como para pensarlo a lo menos... ATINA BOMBEROS