23 octubre, 2006

¿Por qué no cumplen también las autoridades?

(Aunque preferiría no hacerlo, debo decirles a tantos amigos, Bomberos o nó, que me han llamado demostrado su preocupación por mi situación, que confío en lo expresado por mi autoridad bomberil, que me ha informado que en los próximos días seré invitado a conversar con el Consejo Superior de Disciplina).
Entre las preocupaciones que hemos comentado en este ATINA BOMBEROS, varias veces ha aparecido la actitud de las autoridades de gobierno hacia los Cuerpos de Bomberos.

En algunas regiones es un poco mejor que en otras, pero a escala nacional, debemos estar muy preocupados.

Continuamente la SVS pone nuevas trabas y condiciones especiales para controlar el uso eficiente de los recursos que se le entregan a los bomberos, obligándolos a una gran burocracia que hace perder tiempo, sin considerar que no hay suficiente personal rentado en los cuerpos. Cuanto se justifica o no, no será materia de este comentario, pero parecen excesivas.

Sí, hay que reconocer que muchas veces se han cometido errores por parte de los cuerpos, algunos involuntarios y otros lamentablemente no, pero que cada vez son menos ya que el control se ha mejorado y de detectarse algo doloso se denuncia al responsable ante la justicia.

Nunca negaremos que es conveniente y necesario el control, ya que con ello se verifica que los fondos asignados se hayan utilizado correctamente, pero debería ser una situación que se cumpliera por ambos lados.

¿Por qué esta aseveración que no tiene nada de nuevo por lo demás?

Porque así como la SVS exige, cuando ella debe proveer los fondos por ejemplo de subsidios a bomberos accidentados o indemnizaciones para los familiares de alguno fallecido, no cumple de acuerdo a la ley y tramita increíblemente los pagos.

También hemos dicho que la SVS ha interpretado de manera restrictiva una ley clara, como es la referida a los bomberos accidentados en actos de servicio y aparentemente no se ha podido revertir ese poder superior a la ley.

Como a diferencia de los bomberos aparentemente no tiene obligación ni disposición de explicar su tramitación o negativa a efectuar los pagos comentados, se produce una situación que desanima mucho, sobre todo que con su actitud pareciera que busca humillar a los bomberos.

Es increíble, por lo menos en un caso concreto que conozco de Valparaíso, se ha tramitado todo este año, el pago de un subsidio a un bombero que se accidentó hace casi dos años, no cumpliendo con lo que la ley dispone. Además siguen pendientes los casos de bomberos fallecidos cuyas familias aún no reciben sus indemnizaciones o pensiones, incluso buscándole “soluciones especiales”, cuyo resultado es esperable y que sólo retrasan más el giro de los dineros.

Pareciera que esperan que se les ruegue para así demostrar mayor importancia.
Todo el poder de decisión queda en la SVS ignorando que los bomberos tienen una estructura que debe respetarse.

Si esta situación se asocia con el artículo anterior sobre las autoridades regionales y su actitud es lógico sentir que algo no está andando bien y posiblemente alguien está detrás de esto.

Otro ejemplo: Estando a mediados de octubre, la Gobernación Provincial de Valparaíso aún no revisa y aprueba las rendiciones de los Cuerpos de la provincia, que las presentaron oportunamente, dejándolos en una situación de incumplimiento, lo que aparte de ser injusto, permite que la SVS no le curse subvenciones o Ayudas Extraordinarias.

Pueden haber múltiples razones que se puedan esgrimir para no cumplir con esta obligación, todas exógenas a Bomberos pero como siempre éstos salen perjudicados. Además esta situación no es nueva ya que se ha repetido muchas veces a lo largo de los últimos años.

¿Que hace o ha hecho la autoridad ante esto? Nada. Para ella los Bomberos no tienen prioridad, posiblemente porque no hacen paros o destrozos a la ciudad.

No hay que explicar que esto perjudica mucho a los Cuerpos y si tienen necesidades económicas, como es lógico, deben pedir favores a alguno de estos entes burocráticos, lo que no corresponde, ya que si los Bomberos además de su servicio bien hecho, han presentado sus rendiciones oportunamente, es de mínima justicia y respeto que se las revisen conforme a lo que la misma ley dispone.

¿Serán coincidencias? Seamos bien pensados, pero no nos olvidemos que ahora empieza la temporada de incendios forestales y no faltará que alguien se oponga a devolver los gastos a los bomberos, amparándose en que las rendiciones aún no están aprobadas.

Los Bomberos estamos obligados a cumplir con nuestro deber y nuestras obligaciones, como todo chileno debe hacerlo. Lo incomprensible es que las autoridades no cumplan con la ley.

Y lo que los Bomberos reciben del Estado para su gasto operativo es mínimo, ya lo hemos dicho muchas veces, pero si las autoridades de Gobierno pueden tramitarlos o evadir el pago a que la ley los obliga, lo hacen sin ningún escrúpulo, como si estuvieran favoreciendo a la comunidad.

Para que decir de las deudas de la Municipalidad con Bomberos, olvidando que la responsabilidad por la seguridad en la comuna es de ella. Pero no tiene prioridad.

No podemos comparar la labor de Carabineros con la de Bomberos, porque son muy diferentes, pero ¡que gran interés hay en entregarle medios por la vía que sea.! Ahí si hay plata, el CORE aprueba con rapidez, pero con los Bomberos....

Para qué decir de los daños que provocan los estudiantes u otros huelguistas a la ciudad. Aparece plata. Obvio dirán, ya que es la comunidad toda la que se perjudica.

Y qué pasaría si los Bomberos no pudieran cumplir eficientemente en alguna oportunidad. ¿Se perjudicarían ellos o la comunidad?

¿Se volvería a repetir la frase “podríamos tener bomberos un poco más profesionales”?

ATINA BOMBEROS

10 octubre, 2006

A lo bombero


Antes de entrar en materia quiero enviar un gran abrazo de agradecimiento a todos los amigos, bomberos o no, que han saludado tan afectuosamente este primer año de ATINA BOMBEROS y que demuestran de una manera palpable que entienden y comparten el propósito de estos artículos e incluso se atreven a entregar su opinión.

Muchas veces he dicho que algunas palabras o frases que se usan en los bomberos me cargan y yo no las usaría nunca: Expulsión e Intervención.

Es cierto que afortunadamente se usan poco y que deben existir para situaciones límite, cuando se ha hecho todo por evitar las acciones que representan y no se ha producido una reacción positiva. Es como la confirmación suprema que el entendimiento entre seres humanos, supuestamente bien intencionados no siempre funciona.

Pero también en muchas partes han servido para revanchas o pasadas de cuenta absolutamente injustas.

Y las frases que me cargan son: “los bomberos son así” o "hacer las cosas a lo bombero”.

Son dos frases que muchas veces se repiten espontáneamente y forman parte del léxico bomberil, ya tan arraigado que muy pocos se detienen a pensar en lo que significan.

No tengo una definición oficial, la que ojalá nunca exista para bien nuestro, pero para mí tienen claros significados peyorativos hacia los bomberos.

Por ejemplo, la primera significaría justificar no cumplir un acuerdo, cambiar de opinión a último momento, no respetar la palabra empeñada, no llegar a una reunión acordada por motivos desconocidos, decir una cosa y hacer otra, hablar de una manera y votar en secreto por otra, etc. En pocas palabras: Somos impredecibles entre nosotros mismos o simplemente sabemos que no debemos confiar entre bomberos.

En cuanto a la segunda, aparentemente partió como una frase despectiva de los uniformados, que hablaban de desfilar a lo bombero, cuando no se era marcial. En ese aspecto se ha avanzado bastante en las formaciones de muchos cuerpos, pero no de todos.

También se le ha dado otras connotaciones como: Siempre apagando incendios, que tendría una doble acepción en cuanto a reaccionar ante un imprevisto y controlarlo o actuar ante hechos consumados.

Pero hay una peor que significaría algo así como siempre improvisando y con lo que haya a mano. Es decir con buena intención y voluntad pero no siempre sabiendo adónde se va a llegar ni si lo que tiene es lo más adecuado para controlar la emergencia.

Esta segunda frase, si bien no es tan vergonzosa como la primera, es muy mala ya que aparte que la usan no bomberos, lo que nos desprestigia y molesta, forma parte de esa semi impronta que tienen muchos bomberos, sobre todo en lo administrativo, que es “no me pidan que lo haga muy bien ya que soy voluntario”, o en otras palabras, “hago lo que puedo y como puedo nomás”.

Lo lamentable es que se han aceptado como válidas estas últimas acepciones y han constituido un paradigma que casi enorgullece a muchos bomberos, lo que unido a la mala costumbre de nunca pedir ayuda, hacen que muchas cosas se hagan en forma mediocre o muy mejorables a lo menos.

Por ejemplo, ahora que estamos en la época de presupuestos, ¿ por qué no se planifica?, o de otra forma, ¿ por qué se hacen presupuestos en base histórica solamente?.

Es cierto que una base para predecir el futuro es el comportamiento histórico, como también que los bomberos nunca saben con cuantos ingresos van a contar en el año siguiente, pero sí se sabe cuantos serán los gastos fijos y algunos ingresos.

Es difícil hacer proyecciones con esta base, pero también es difícil hablar de posibles déficit si no se sabe qué se pretende hacer.

Un ejemplo sobre lo mismo: Siempre habrán gastos o inversiones que hacer, pero que por lógica no serán las mismas del año anterior. Si se planificara y priorizara, dejando sólo un margen razonable para imprevistos, se podrían hacer inversiones a través de varios años y se podrían focalizar los esfuerzos hacia lo más importante en vez de siempre estar decidiendo sobre lo urgente. Varios cuerpos lo están haciendo con resultados estupendos.

Estoy claro que esta mala política no afecta sólo a los bomberos, sino que las autoridades de gobierno también son malas para comprometer cifras para el futuro, lo que parece que es un mal endémico en Chile, pero con el se completa un círculo vicioso.

Quizás sean las reglas del juego que nos hacen jugar, pero si una autoridad le pregunta a algún organismo bomberil, cuales son sus necesidades urgentes, todos van a repetir lo mismo: Faltan carros, material menor, cuarteles, mayor subvención, etc. pero muy pocos, si los hay, podrán decir mas aterrizadamente, se necesita reemplazar N carros que están con su vida útil sobrepasada, o los cuarteles W y Z tienen X carencias, o necesitamos reemplazar 4 escalas o 50 equipos de respiración autónoma, etc.

Por el contrario, si se consideró en el presupuesto $ 50 mns en inversiones, si no están bien definidas o no se discutieron bien o no son tan importantes, se llegará al final del año a “tener que gastar” lo que resta en inversiones posiblemente aparecidas en el momento.

Para que la plata cunda más, hay que pensar y hacer las cosas bien.

Pero lo comentado es un caso solamente de esta impronta aceptada por casi todos, ya que es muy poco lo que se le cuestiona.

La mayoría de las personas le dan a la frase “a lo bombero” un carácter de superficialidad, de amateurismo, lo que es absolutamente impropio, porque como lo hemos dicho tanto, somos tan profesionales como el que más en cuanto al servicio que prestamos. Sin dudas se mezclan aspectos de gestión administrativa con el servicio.

Lo mismo sucede muchas veces con los estatutos o reglamentos, en que si el jefe no se está de acuerdo con ellos lo transgrede, lo que lleva a una situación indebida, pero ¿no sería más lógico cambiarlos si todos están de acuerdo en que no sirven?

Independientemente de lo que se diga o haga, la pregunta es ¿Nos interesaría cambiar esos conceptos, esa imagen o nos sentimos cómodos con ellos?

Creo que es importante hacerse esa pregunta tan simple, porque tiene mucho que ver en cómo queremos ver nuestra actividad en el futuro y qué podría depararnos.

Si se repara en como actúan algunas autoridades de gobierno, como lo veíamos en un artículo anterior, con esa falta de respeto hacia nosotros, tratándonos casi como mascotas o niños que quieren dinero para jugar, aparece la duda si nosotros estamos haciendo las cosas bien, o por qué no nos toman en serio.

Es de conocimiento público que para que el gobierno reaccione hay que hacer escándalo y muchos lo hacen con buenos resultados. No es ni ha sido la política de los bomberos ni lo estoy proponiendo derechamente, pero independiente de su irresponsable indolencia: ¿Habrá algo de lo que nosotros hacemos que no los convence ni apremia?

Parece que nos miran como irreflexivos, como que actuamos antes de pensar si lo que hacemos es lo más conveniente, o como si nuestras decisiones se basaran en cómo me amaneció el ánimo hoy.

Como no tenemos planes de desarrollo institucional o un currículum que avale la ascensión a cargos de mando administrativo o activo, algunas autoridades, sienten que basta con dos o tres palabras positivas (aspirinas diría alguien) para dar por superadas nuestras inquietudes, ya que parten de la base que todo lo que hacemos es “a lo bombero”.

Después no será preocupación y lo olvidarán ya que lo más probable será que con la persona de bomberos que hablaron no será la misma a fin de año y la que lo reemplace no tendrá las mismas preocupaciones, sino que vendrá con posiciones propias diferentes a las del anterior.

Entonces es difícil esperar que cambien, porque no hay planificación que guíe y que se respete, ya que por más que se desarrolle una, bastará un cambio de jefe para que todo lo avanzado quede en nada.

Así no vamos bien hacia ninguna parte. Lamentablemente se juntan las dos frases que enunciábamos más arriba: Lo que se dijo como candidato no es necesario cumplirlo porque “los bomberos somos así”, lo que da mas fuerzas para escuchar sólo al casco de la sabiduría, que dice lo que es bueno para todos (ya que lo digo yo) y no es necesario estudiarlo mucho porque se hará “a lo bombero” y el directorio no hará problema porque todos actuamos igual.

Suena curioso que en ATINA BOMBEROS intentemos reflexionar sobre esto, porque es salirse de lo que parece que nos gusta o nos tiene acostumbrados y serían las reglas del juego o la cultura organizacional, pero si lo aceptamos tan sumisamente ¿de qué podremos quejarnos cuando alguna autoridad externa se burle de nosotros o estemos con el agua al cuello?

Cuando no hay una planificación, llámese de carrera, de actividades, de proyectos o lo que sea, siempre se estará en una situación de anhelar aportes o colaboraciones que se esperará que ahora sí será la solución a los eternos problemas, lo que es un craso error, ya que sólo en la fábula el burro tocó la flauta.

La verdad y la realidad necesaria es sólo trabajo serio y responsable, con visión de futuro con los pies puestos en el presente. Donde la historia vale sólo en cuanto a que da fuerzas, valores orgullo y espíritu, lo que es muy importante, pero no traspasa la experiencia por lo que tampoco es justo refugiarnos en ella para justificar nuestros desaciertos.

Ni las simpatías personales ni las frases para el bronce sirven. Hay simpáticos tontos y pesados inteligentes y organizados. Lo que se requiere es tomar en serio la obligación de hacer las cosas muy bien aunque seamos voluntarios.

El Directorio debe velar por que las cosas se hagan bien, se planifique y controle. Los jefes responsables deben enfocar la planificación con perspectivas obtenibles y aterrizadas que les permitan rendir cuentas claras y objetivas de lo que haya sucedido al final del período.

Lo que no se puede hacer, sobre todo en estos tiempos es improvisar, ya que el precio es caro y se podría encarecer mucho más aún.

Hacer las cosas muy bien, con amor, respeto, lealtad, justicia, rectitud, probidad, trasparencia y organización, no permite convivir con esas malditas frases que desfiguran lo lindo de nuestra vocación.

ATINA BOMBEROS