25 enero, 2007

Desinterés: ¿Qué se pretenderá?

Es muy preocupante e indigna a ATINA BOMBEROS, tener que volver a hacer comentarios sobre un tema que tratamos con mas detalles en el artículo del 23 de septiembre de 2006 titulado “Las autoridades regionales (no de bomberos)”.

Para los amables lectores que puedan interesarse en este tema sugerimos revisar ese artículo que lamentablemente pasó a convertirse en el primer capítulo de esta vergonzosa burla a los bomberos.

Breve resumen:
En 2005 la Intendencia de la Quinta Región encargó al Consejo Regional que elaborara proyectos para presentar al FNDR, que incluyeran materiales y elementos de protección para los bomberos de la región, por un monto de $ 522 millones, asegurándose que comprendiera todas las provincias, lo que se hizo oportunamente en 21 proyectos.

Para estos efectos se debió contratar un profesional, el que tras cumplir su trabajo cobró los honorarios pactados, que consideraban que una parte de éstos se pagarían sólo cuando los proyectos obtuvieran el RS, es decir la aprobación.

Tras resolverse algunas dudas planteadas por Serplac, se ingresaron, obtuvieron el número BIP y quedaron a la espera del RS. Nunca se dieron las razones, pero no fue aprobado ni comunicado a bomberos.

Hubo que re presentarlos en 2006, esta vez en forma de siete proyectos, que refundían los 21 originales de acuerdo a lo solicitado por los funcionarios de la intendencia, (y que obviamente hubo que pagar nuevamente) porque el Intendente nunca pudo ser contactado, a pesar de las frecuentes solicitudes incluso por escrito.

En el artículo mencionado de ATINA BOMBEROS se detalla mas al respecto sobre la vergonzosa entrevista con el Sr. Hermann Rojas en reemplazo del intendente que una vez más no llegó a la citación que nos había hecho. El Sr. Rojas no tenía idea sobre el proyecto y todo lo que habló se comprobó que era inexacto. Como si le hablara a niños chicos que pedían un dulce.

Después de conseguir un contacto político se logró que el intendente el 24 de noviembre pasado, recibiera a una delegación del Consejo Regional, la que se reunió con él (por primera y única vez) y los funcionarios Miguel Toledo y Guillermo de la Maza, a fin de aclarar los puntos que “impedían” la obtención del RS y que según el funcionario de Serplac Sr. P. Santander no estaban debidamente acreditados, como: A cuántos hombres, mujeres, ancianos y niños beneficiaría cada proyecto provincial; Estudios de conveniencia de arrendar en vez de adquirir carros bomba, equipos de respiración o cascos de trabajo.

Según el acucioso burócrata eran datos relevantes para la aprobación de los proyectos.

El intendente se comprometió a convocar a una reunión entre Serplac y Bomberos para afinar esos detalles, (que intentamos conseguir muchas veces) la que no quiso hacer tampoco, a pesar que dijo que con eso se solucionaría de inmediato el impasse y que los votos del CORE los obtendría sin problemas (a pesar que el Sr. H. Rojas nos había recomendado hacer lobby con ellos, para lo caul debimos ir a Cabildo, donde nos dieron cinco minutos)

Terminó el año y obviamente no pasó nada con los proyectos, nunca se supo lo que sucedió y en una de esas nos pedirán que los volvamos a presentar POR TERCER AÑO CONSECUTIVO, gastando más de $ 4 mns. en honorarios, dinero con que no cuentan los bomberos y además dejando en problemas al profesional que los confecciona ya que no puede cobrar todo su trabajo porque no se obtiene el RS por razones desconocidas. ¿Serán políticas? Capaz, pero nosotros nunca hemos sido políticos... ¿Indolencia? Quizás... ¿No tendría mayor cobertura de prensa? En una de esas.... ¿No hay consecuencias negativas inmediatas? Bien probable...

En la reunión, el intendente dijo que además quería otros proyectos por $ 1.500 mns. para los próximos tres años. Incluso lo dibujó en su pizarra y nosotros le sacamos una foto, ¿pero de qué servirá si no hay voluntad y lo que se dice y se escribe con la mano se borra con el codo?

Ya lo hemos dicho, los bomberos nos sacamos la lotería con los intendentes que nos han tocado. En una de esas vale también para el pobre Valparaíso y su decadencia.

Pero volviendo a lo bomberil, a varios superintendentes les costó su cargo ya que sus cuerpos los culparon de ser ineficientes en este importante aspecto y no haber podido conseguir esos imprescindibles equipos.

Para peor algunos superintendentes no presentaron proyectos de ayudas extraordinarias a la Junta porque responsable e ingenuamente consideraban que podría recibirse mas material de lo necesario al aprobarse los proyectos y eso podría perjudicar a otros cuerpos....

Cuando un intendente se preocupa se nota... Es cosa de ver lo que pasa en otras regiones.

Insistimos como tantas veces en ATINA BOMBEROS: El tema del financiamiento de los Bomberos debe verse a escala nacional, porque como lo hemos planteado, es este caso no se debe a una ineficiente gestión del Consejo Regional, sino al desinterés del intendente de la Maza, mientras en otras regiones se aprueban importantes proyectos.

De lo único que se puede responsabilizar al Consejo Regional es haber creído en la palabra del Intendente y no haber hecho las denuncias a la prensa como se acordó en varias oportunidades.

¿Paciencia no más?

ATINA BOMBEROS

06 enero, 2007

Por supuesto que no es fácil


Antes que nada, deseo dar una explicación a quienes envían comentarios y no los ven aparecer de inmediato: Contra mi voluntad tuve que insertar una opción de revisión a los mensajes recibidos, debido que un “señor” que no puede ser bombero, amparado en el anonimato, se ha dedicado a descalificar a personas e instituciones sin aportar nada positivo o que sirva de reflexión. Por esa lamentable razón sólo se publicarán los mensajes que aporten al tema. Otros con acusaciones o denuncias no se publicarán a menos que el remitente se identifique claramente. Si se demora un poco la publicación es porque ese día no alcancé a ver el blog, no porque los esté analizando.


En el artículo anterior mencionábamos algunas acciones para intentar articular el bomberismo chileno, SI ES QUE SE QUIERE HACER y sin entrar en detalles, ya que en ATINA BOMBEROS estimamos que éste debe ser un trabajo para muy buenos profesionales, pero debido a los tres interesantes comentarios recibidos para este artículo, adelantamos otros pensamientos que tenemos al respecto.

Insistimos una vez más: El Estado le ha dado muy poca importancia al servicio bomberil y lamentablemente aún ahora, con toda la experiencia y la información de que se dispone, casi se le sigue considerando un pasatiempo de jóvenes con deseos de disfrutar de la adrenalina que producen el fuego incontrolado o actuar en situaciones de vida o muerte. Como un deporte extremo que obviamente se practica en forma voluntaria. Ejemplos hay muchos y ya se han entregado en otros artículos anteriores.

Si se quiere comprobar en la actualidad, basta con ver la actitud del intendente de la V Región que promete cualquier cosa nueva con tal de no cumplir con lo comprometido hace dos años o las noticias de prensa donde apenas se menciona a los bomberos, apareciendo que todo lo hace CONAF en los incendios forestales.

¿Será una política de Estado para el actual gobierno?

Pero volviendo a los bomberos y su organización, hay demasiados aspectos deficitarios que atentan contra una eficiencia organizacional y eso hay que aceptarlo aunque duela.

Ya se ha dicho muchas veces: En el servicio activo somos eficaces y eso es fundamental y lo hacemos todos los bomberos protegidos por ropa de trabajo negra y cascos negros, casi todos iguales, con diferencias mínimas que sólo a los bomberos les permiten diferenciar unos de otros.

Así nos ve y debe vernos siempre la ciudadanía incluidas las autoridades: Iguales, trabajando juntos en equipo, con un objetivo común, con cooperación y apoyo mutuo porque esa es la esencia de nuestra vocación: Para hacerlo así es que entramos a bomberos y es lo que convoca a este servicio.

Los problemas normalmente se dan en los aspectos administrativos, tan importantes como los activos, ya que son los que permiten obtener los medios para lograr la eficacia. Ahí es donde se producen las diferencias que separan, enemistan y complican a los cuerpos interna y externamente.

Soy un firme defensor del número y del color en la cotona de parada, porque para presentaciones y desfiles es como nuestro apellido, el que nos identifica con la familia a que pertenecemos, sin que sea mejor o peor, ya que al igual que las otras estamos comprometidos en lo mismo.

Pero al salir al llamado, las dejamos en el cuartel y nos vestimos de negro.

Si la diferencia produce sana competencia en ser mejores por nosotros mismos y no a costa de otros, fantástico, pero si tiene mas olor a envidia o “mala onda”, debe ser un factor de preocupación, pero siempre teniendo en cuenta que los bomberos somos personas, con las debilidades inherentes a ello.

El concepto de libertad de opción que ejercimos cuando ingresamos se mantiene por toda nuestra vida bomberil, lo que es bueno, porque de alguna manera expresa: Yo estoy aquí porque quiero estar y mis compañeros también quieren que yo esté con ellos. De ahí también podríamos entender el gran dolor que se causa cuando se produce una sanción injusta o no bien analizada, que nos priva del servicio.

Pero también esa libertad nos obliga a dar lo mejor de nosotros en esta causa y a cumplir con lo que nos comprometimos, es decir renunciar a parte de esa voluntariedad al aceptar la disciplina, atribuciones y deberes que están dispuestos en la normativa vigente que rige lo general y que congrega, es decir para un bombero su Compañía y el Cuerpo. Y ésa ya no es voluntaria sino obligatoria.

Ahí quedan obligados los bomberos y sus dirigentes a cumplir con los estatutos y reglamentos, ni a más ni a menos.

Y aquí caemos en el tema principal: Con diversos matices por los estatutos con que se conceden las personalidades jurídicas y autonomía, se acredita que todos los cuerpos de bomberos de Chile estamos para lo mismo.

Si existiera un reglamento nacional, no es de demente pensar que debería aplicarse a los cuerpos el mismo principio que a los voluntarios: Renunciar a parte de su libertad (autonomía) por el bien propio y el común.

Hoy existe la Junta Nacional que reúne y representa a todos los Cuerpos que quieran estar incorporados a ella, que son prácticamente todos, pero NO LOS OBLIGA.

La Junta tiene un Tribunal de Honor para ver casos de cuerpos, no de bomberos, pero sus fallos no obligan efectivamente a nadie. Sus sentencias son acatadas si se desea, ya que se basan en los valores fundacionales del honor, la caballerosidad y el servicio desinteresado hacia lo mejor para la comunidad, pero no puede sancionar su incumplimiento, sino en algún caso muy gravísimo acudir al Ministerio de Justicia para solicitarle que cancele la personalidad jurídica. Es decir para que el Estado sancione en vez de los Bomberos, como sucede con los recursos de protección o los reclamos administrativos.

Resultaría lógico que existiera una normativa nacional, razonablemente consensuada que obligara a todos a cumplirla y los Bomberos tuviéramos una instancia institucional.

Y quedaría la voluntad de pertenecer o no a esa organización, que para estos efectos (y evitar suspicacias) llamaremos por ejemplo Bomberos Voluntarios de Chile y que fuera el organismo oficial aceptado y respetado por todos los bomberos y por el Estado de Chile.

Si un Cuerpo se interesa se incorpora, pero si lo hace accede a una cantidad de obligaciones y derechos debidamente reglamentados, que deberían ser muy favorables para los miembros.

Si un Cuerpo no desea hacerlo, debería procurarse su financiamiento de acuerdo a lo que se estableciera en la Ley respectiva o en su defecto a lo que hoy se le asigna directamente en la ley de presupuesto.

Como la Ley que existiera debería considerar de verdad a estos bomberos organizados a nivel nacional, no debería aceptar la formación de nuevos cuerpos a menos que la estructura bomberil nacional lo solicitara. Si de todas maneras se creasen deberían tener otro nombre, otra dependencia (municipalidad u otro), el financiamiento que hayan propuesto para su aprobación y delimitar el área de acción para su trabajo.

Como dice el amigo anónimo, no podría ser como un buque de la escuadra que se sale de ella si algo no le gusta, pero como los cuerpos deberían seguir siendo autónomos y voluntarios, pienso que podría retirarse, para ser otra cosa, pero no un cuerpo de bomberos voluntarios de Chile o como es ahora. No es fácil pensar qué debería seguir haciendo para no entorpecer la labor de otros cuerpos que deberían cubrir ese sector, pero es otro problema que por el momento no he pensado siquiera, pero que de seguro tiene una solución más fácil que unir a los bomberos.

Obviamente que ninguna institución podría resistir un sistema al que se ingresara cuando se está de acuerdo y se saliera cuando no.

El problema que sí es real y actual es la falta de atributos o capacidad para administrar que existe en los dirigentes de muchos cuerpos y que al concederse la personalidad jurídica tampoco se considera importante.

Y muy pocos quieren estar concientes de eso y menos somos los que creemos que se debe hacer algo.

Y mientras más aumente la cantidad de cuerpos de una compañía, se necesitarán mas superintendentes, tesoreros y secretarios generales para dirigirlos y si no existe la cantidad de gente preparada, deberá hacerlo cualquiera, y los problemas de cosas mal hechas o malos usos, ya sea por desconocimiento como por aprovechamiento, serán más frecuentes y la SVS podrá solazarse interviniendo en la estructura bomberil, aprobando rendiciones mal hechas a algunos y buscando complicar a otros..

Es lógico que mientras más cuerpos haya, más dificultad habrá para encontrar buenas autoridades. Si pensamos que cerca de 100 cuerpos tienen sólo una compañía....

Es decir un tercio de los CUERPOS DE BOMBEROS DE CHILE SON UNA SOLA COMPAÑÍA, QUE TIENE IGUALES ATRIBUCIONES Y VOTO QUE LOS CUERPOS MEDIANOS Y GRANDES.

Pero la falta de gente capacitada no se limita sólo a los nuevos cuerpos. De hecho hay demasiados superintendentes con más de 20 ó 30 años a cargo de cuerpos de más de una compañía. ¿Es porque no hay nadie que los pueda o quiera reemplazar o porque tienen una máquina de poder bien afiatada?

Cualquiera de las posibilidades no es buena para el bomberismo voluntario.

Ahora unos aspectos positivos que hacen pensar...

En varios cuerpos hay una tradición reglamentada incluso, que es la de los canjes entre dos compañías de diferentes cuerpos, donde voluntariamente y por un acuerdo escrito, se hace un pacto de amistad que permite a los bomberos de una y otra compañía, tener los mismos derechos y obligaciones cuando está en la otra. Esto es aceptado de distinta manera por los cuerpos y se les permite a los voluntarios de otro cuerpo trabajar junto a su compañía de canje, hacer guardia nocturna y en general interactuar. Lindo y fraternal, sirve de mucho y se aprende.

Pero además hay otra manera en que se relacionan varias compañías de colonia, (no de bandera de conveniencia) autorizadas por los cuerpos y es la participación en confederaciones que reúnen a todas las Bombas fundadas por ciudadanos extranjeros que representan la misma nación a lo largo de Chile. También es una hermosa iniciativa en que se comparte, se interrelaciona con bomberos de otros cuerpos e incluso extranjeros y además normalmente se obtiene asesoría y algún equipamiento del país cuyo estandarte portan. Positivo y enriquecedor.

Con lo anterior no pretendo demostrar nada. Sólo mostrar que cuando los bomberos quieren se unen, aunque suene paradojal que sea a nivel de compañías, que no son autónomas, y no de cuerpos, donde sólo hay afinidades entre algunos, muchas veces dependiendo de sus dirigentes y por supuesto nada por escrito.

Sin entrar en detalles, en estos canjes de amistad o participación en confederaciones, todos ganan. Algunas veces surgirán desacuerdos, pero siempre ha primado el bien común y se producen soluciones de caballeros.

Y no le producen problemas a los Cuerpos.

¿Por qué podría ser tan diferente entre los Cuerpos, si están formados por los mismos bomberos?

¿Sólo porque el que manda y decide aquí soy yo? Tal vez a algunos directorios los convenza ese argumento.

Volvemos a lo anterior: Hoy entran menos nuevos bomberos que antes por diferentes motivos que se han señalado en muchas partes. Los que tienen brigadas juveniles van por el camino correcto si son capaces de poner a los cadetes a la orden de un instructor, oficial coordinador o como se le llame, competente y didáctico.

Pero no siempre es así ya que falta la gente capacitada y lo peor es que cuando uno tiene conocimientos pequeños, piensa y mira en pequeño y a través de ese prisma limitado o deforme, enseña de la misma manera.

Sería iluso pretender que todos los cuerpos tuvieran en sus filas profesores, abogados, contadores, químicos, prevencionistas, ingenieros y administradores, que se necesitan hoy para cumplir muy bien con lo que se exige de este servicio, pero sí sería conveniente a lo menos que se reconociera que son útiles para su buen desenvolvimiento, por lo que si están disponibles en otro lugar hay que acudir a ellos como asesores, ojalá antes de actuar.

Hoy en nuestra actividad no podemos conformarnos con que araremos lo mejor posible con los bueyes que tengamos. Todos saben que existen los tractores: El Estado y los Bomberos. No obstante siguen brotando cuerpos como callampas ¿y nosotros? Mientras no nos toque no nos importa..

¿Es responsable esa actitud? Con mayor o menor frecuencia, por su tamaño y necesidades, todas las comunidades deben estar razonablemente bien atendidas por Bomberos, (así como por las otras instituciones de servicio público) y para eso deben estar organizados, no hacer lo mejor que se pueda no más.

Si no se crea conciencia de la importancia de estas debilidades y no se reacciona rápido al respecto, estaremos presenciando el suicidio asistido por el gobierno, de la actividad voluntaria más bonita, eficaz, querida y antigua de Chile.

Lo hemos dicho en ATINA BOMBEROS: Somos tan generosos con la comunidad, ¿por qué no con nosotros también?

Si nos vamos uniendo en aspectos generales e importantes, sin dejar de ser cuerpos autónomos, todos estaremos ganando y la ciudadanía también.

¿No vale la pena pensarlo e intentarlo?

ATINA BOMBEROS