29 marzo, 2010

Lecciones del terremoto y tsunami

Según ATINA BOMBEROS la percepción de los chilenos en cuanto a calificar como óptima la acción de Bomberos después del terremoto y tsunami que sufrimos, es ajustada a la realidad de su accionar y demuestra que los valores y principios del bomberismo chileno se cumplen a lo largo y ancho de la Patria y su presencia ayudando a los demás es percibida como profesional, humana y oportuna.

BIEN POR LOS BOMBEROS Y FELICITACIONES A TODOS Y CADA UNO.

Es el reflejo de la Abnegación que se espera de todos cuantos visten un uniforme bomberil, independientemente de donde se encuentren, como se encuentren y lo que deban dejar de lado para cumplir con su deber, llámese hogar, familia, seguridad o tiempo de descanso.

Intencionalmente hemos omitido el tantas veces dicho “cumplir con su deber auto impuesto”, porque como lo sostenemos, la voluntariedad se termina en cuanto se es aceptado como Bombero y después sólo es cumplimiento de su deber.

El servicio fue largo y sacrificado desde el primer momento en los cuerpos que fuimos afectados por el terremoto, siendo emocionante ver a las 04,30 hrs. del sábado 27 que todas las Compañías estaban en la calle trabajando con a lo menos 10 Bomberos cada una en Valparaíso.

Ese es el real significado de la palabra ABNEGACION. Todos habrían preferido estar en sus casas con sus familias, pero ahí estaban trabajando para otros. Muy bien.

Siempre hemos sostenido que lo lindo y desafiante es ser Bombero raso. Se sufre, se goza, se sacrifica y a cambio se obtiene satisfacción por haber apagado un fuego, por haber rescatado una vida, por tener los compañeros y amigos que lo acompañan en la tarea.

La vida del Bombero cambia cuando debe asumir cargos de Oficial. Ahí empiezan los problemas de responsabilidad hacia otros, de papeleos y registros de datos e información, de cumplimiento de plazos, de mando, de disciplina y varios más que irremediablemente introducen las tareas burocráticas necesarias para que una institución funcione. Cada día son menos los que quieren aceptar cargos y menos aún los cargos administrativos. Es una triste realidad que se da cada día mas en todos los Cuerpos.

Y hemos repetido tantas veces que para ser Oficial de Bomberos hay que reunir tres requisitos copulativos: Conocimiento (know how), tiempo disponible y deseos de serlo. Sucede bastante que los que saben no tienen tiempo o no quieren ser oficiales, por lo que muchas veces los que postulan tienen tiempo y ganas pero no conocimientos. Esto como es lógico lleva a un problema real y preocupante, sobre todo en la parte administrativa que es donde más fallan los Cuerpos.

Lo anterior hace que muchos cuerpos sean dirigidos por personas bien intencionadas que no reúnen todas las competencias requeridas para una buena gestión, por lo que se escudan en “tradiciones” que más bien son costumbres y a veces malas, para actuar en función de su criterio y a la autonomía que poseen los Cuerpos, teniendo como resultado que el sistema bomberil como tal no funcione tan bien como debiera o podría hacerlo.

Eso lo notamos los Bomberos y algunas autoridades.

Porque como lo hemos dicho tantas veces anteriormente, la autonomía existe y es total en cuanto a funcionamiento, pero limitada en cuanto a financiamiento, pero ambas situaciones son controladas por los sistemas públicos pero no bomberiles.

La Junta Nacional en el hecho sigue siendo una Junta Coordinadora (como se creó) enfocada al sistema de finanzas pero no a lo operativo. Mientras no exista una Ley Marco todo seguirá igual.

Como decíamos, la gente sólo ve y agradece lo bien que la ayudan los bomberos, lo que es muy bueno y justo, pero los Bomberos nos damos cuenta que al final se nota EFICACIA pero no EFICIENCIA en nuestra labor y eso es por la falta de una coordinación obligatoria por lo menos en situaciones graves.

El terremoto y tsunami recién vividos demostró que el espíritu, la pasión, las ganas de ayudar (e incluso figurar), hacen que se tomen decisiones apresuradas que en un principio aparecen como necesarias – y lo son – pero después se tornan difíciles de manejar, incluso dificultando la labor general.

Si en caso de una guerra cada rama de las fuerzas armadas actuara a su mejor entender y los regimientos tomaran sus propias decisiones sobre donde y como combatir no hay que ser inteligente para saber cual será el resultado, sin embargo para los Bomberos en que estas catástrofes son guerras declaradas, se mantiene la autonomía en la acción.

No vamos a echarles la culpa a los Bomberos ya que la descoordinación nacional ha demostrado ser dramática y los Bomberos mismos lo han hecho muy bien, pero sin la coordinación que asegura la mejor utilización de los recursos disponibles, provocando problemas y gastos innecesarios.

¿Y la razón? La autonomía, en que cada Cuerpo decide lo que quiere hacer y desde su propia y parcial visión ayudar a los que están en desgracia y en que pueden o no ponerse a disposición de los coordinadores o cuestionar su nombramiento.

Por otra parte tampoco existe en Bomberos un ente coordinador establecido, sea a escala nacional o regional, por lo que los Cuerpos actúan a su mejor entender y dentro de lo que su criterio les aconseje. No hay una centralización orgánica que se constituya de inmediato de producida una catástrofe, que establezca comunicaciones eficientes con los lugares mayormente siniestrados y que pueda priorizar la ayuda de otros Cuerpos de Bomberos que disponen de personal y material para acudir al lugar.

No es primera vez que sucede esto que ocurrió en las zonas más afectadas, donde habían muchísimos mas bomberos que los necesarios, llegando a crear un problema a los dueños de casa quienes perdían la posibilidad de planificar y enfocar los recursos necesarios debido a la cantidad de oficiales y bomberos deseosos de trabajar y servir.

Sin dudas es una oportunidad para mejorar y hacer más eficiente el servicio, pero para que se produzca ese orden los Cuerpos deben conocer y reconocer al organismo centralizador, poniéndose disciplinadamente a su disposición.

Por supuesto que el Comando o como se determine llamarlo, debe contar con Bomberos capacitados y que dispongan de los elementos necesarios para hacer un buen trabajo de coordinación y tengan una estructura jerárquica que les permita una retroalimentación constante.

Ojalá se pueda avanzar en planificar una orgánica reconocida por todos a fin de disponer el envío de fuerzas bomberiles capacitadas, entrenadas y equipadas que puedan hacer un trabajo profesional, como se vio en los rescatistas urbanos sacando gente de los edificios colapsados o en la búsqueda de sobrevivientes o cuerpos en las zonas afectadas por la tragedia, ya que ese primer trabajo bomberil debe ser oportuno pues el tiempo es escaso.

Pensamos que así como ya se está empezando a trabajar en catastrar al personal capacitado y equipado con que se cuenta en cada región, debería pensarse en la fórmula que permita tener esa central operativa que debería establecerse cuando los siniestros sobrepasan las estructuras bomberiles locales.

Nuevamente MUY BIEN por los Bomberos y ahora es tarea de los dirigentes analizar el resultado y buscar soluciones a los puntos débiles que pueden mejorarse para seguir haciendo cada día mejor nuestro buen servicio a la comunidad.

ATINA BOMBEROS