08 enero, 2008

No sé si vale la pena seguir con esto...


Se inicia un nuevo año y en ATINA BOMBEROS intentamos hacer un balance de lo que se ha conseguido hasta ahora y lo que se podría esperar de este año 2008.

Como lo hemos dicho, podemos estar equivocados en varias de las cosas que hemos planteado, pero estamos seguros que en la mayoría tenemos razón y por lo mismo, si a nadie más le importa, no se desmiente ni justifica lo comentado, es que no hay interés en hacer cambios y se prefiere seguir en el mismo statu quo hasta el final. ¿De qué? Preferimos no mencionarlo.

Tampoco nos atrevemos a adelantar un plazo.

Si uno mira al bomberismo voluntario chileno en forma global, con cariño, antecedentes y experiencias recientes y un poco desde afuera de la contingencia misma, ve que va de mal en peor en sus relaciones con el gobierno y no se ven inquietudes oficiales por revertirlo, suponiéndose por ende que todos están conformes con lo que hay o entregados y los comentarios y quejas son por mala costumbre.

El servicio activo de los Bomberos, que es lo principal y lo que importa a la comunidad, ha estado como siempre, muy eficaz en la gran cantidad de catástrofes de todo tipo que hubo en 2007. Si se incluyera la erupción del volcán Llaima en ese año, las habríamos tenido todas, hasta la especie de tsunami de Puerto Aysén.

Y en ellas, aunque no aparecieran como protagonistas en los medios de comunicación, estuvieron los Bomberos, haciendo su labor silenciosa, abnegada y eficaz en muchas horas de arduo trabajo.

Eso nos llena de orgullo y demuestra que el cariño y admiración que siente la comunidad por sus bomberos, es plenamente justificado y merecido. Es muy bueno para el alma.

Qué rico es ser Bombero Activo, mejor si recién ingresado a la Compañía, donde lo más importante es estar disponible, ojalá en el Cuartel, para salir corriendo a tripular el carro y partir a un incendio.

Cuando las preocupaciones son trabajar bien, capacitarse, obedecer las órdenes, cuidar el material, cumplir con los roles de guardia, mantener el uniforme limpio y pagar las cuotas de compañía y los vales de casino. Y cuidarse, claro que siendo joven no importa tanto.

Qué importa quién o cómo se obtengan los fondos para financiar la actividad bomberil. Para eso están los Oficiales y los Honorarios.

Claro que hay cosas latosas, como enrollar las tiras, formar para los funerales y lo peor pedir plata por cualquier vía.

Pero es lo más rico de la vida bomberil, casi como la infancia. Envidio a los “chupes”: Adrenalina pura y los mejores sentimientos de ser útil a los demás en una actividad apasionante y peligrosa.

En realidad también envidio a los que se preocupan sólo de ser bomberos, sin mirar lo demás.

La verdad y la firme es que la lata está en ser o haber sido Oficial de Compañía, General, Regional o Nacional, sobre todo administrativo y saber el significado de la obligación de preocuparse de que al servicio activo no le falte nada o lo menos posible.

Volviendo al tema inicial de este artículo, para el chileno común y para el bombero raso todo está bien. Como dirían las autoridades de gobierno, “la institución funciona”

Sería tan cómodo y agradable quedarse hasta ahí y no inquietarse por el futuro, aceptando como decía un amigo, que en la vida “hay que ocuparse” y “no preocuparse” por las cosas, pero según creemos en ATINA BOMBEROS lamentablemente se trata de una situación de hoy, no futura, por lo que de acuerdo a lo anterior estaríamos obligados a “ocuparnos” y de inmediato.

Y eso es lo que hemos asumido desde un principio con muy poco éxito. Aunque si bien no se hacen comentarios en este blog, sabemos que lo leen algunas personas que tienen voz y poder en el sistema bomberismo-gobierno, que han recogido algo de lo planteado o por lo menos lo consideran.

En ATINA BOMBEROS nunca hemos mentido. Todo lo que comentamos o denunciamos, se ajusta a la verdad y si la mayoría de las veces no indicamos nombres es porque no deseamos comprometer a los actores en situaciones que podrían serles perjudiciales o porque no les hemos pedido autorización para nombrarles. Pero todo es cierto y comprobable.

Por eso es que nos preocupa tanto la situación actual, no sólo futura de la institución de los Bomberos de Chile, ya que es mucho lo malo que sucede día a día. Desde fuera de la contingencia diaria se puede tener una visión más global de cómo se va desarrollando la actividad y los problemas que la complican hoy y amenazan el futuro.

Y frente a ese aspecto, consideramos que en el año 2007 no se avanzó nada, sino por el contrario se retrocedió mucho.

Hoy la SVS se ha afianzado como la gran rectora de las actividades de los cuerpos, abarcando áreas en las cuales según sabemos, legalmente no tiene atribuciones, como son las revisiones y objeciones a gastos efectuados por los cuerpos en años anteriores y que están debidamente autorizados por las Gobernaciones Provinciales.

Incluso a un superintendente que le preguntó a uno de los inspectores de la SVS, que qué pasaría si no le entregaba la documentación aludida, éste le contestó que podría requerir a la fuerza pública para obtenerla. Osea ¿no necesitan orden judicial para actuar así, aunque no haya demanda ni menos querella?

Si se une a lo anterior la enorme cantidad de solicitudes de Ayudas Extraordinarias que no se han cursado por cuestionamientos de la SVS y la increíble cifra de accidentes en actos de servicio aún pendientes, debe entenderse que hay algo muy grave que está aconteciendo y que debería aclararse.

Pero nadie se atreve a plantearlo con la fuerza que se requiere. ¿Por qué?

Entendemos que los Cuerpos no se atrevan a denunciarlo porque saben que no tienen fuerza, pero la Junta ¿por qué no?

¿Por alta o baja política? Por temor ¿a qué? ¿Qué se espera para actuar? ¿Hasta dónde se aguantará? ¿O como aún no le afecta directamente no le importa?

Hay superintendentes visionarios y con experiencia que piensan que como cuerpos chicos no tienen gran futuro por lo que deberían tratar de juntarse con otros similares para formar uno mediano. Así tendrían más peso institucional, menos problemas para encontrar personal capacitado para los cargos y ahorrarían en cuanto a Operadores de las centrales de alarma y personal administrativo.

Pero como la Junta no tiene una política al respecto no se plantea. A la Junta parece no preocuparle la situación, salvo el apoyo que le dio hace unos años a la formación del Cuerpo Metropolitano Sur, verdadero ejemplo de lo que se debería hacer.

El resto publicar y aplaudir: Ya somos 308 Cuerpos.

Con una Junta Nacional que sigue en el limbo, preocupada de resaltar que se firmaron convenios para capacitar a bomberos de Ecuador; que se recibieron pasantías de estudiantes universitarios de Colombia en la Junta; la concreción de un proyecto de sensibilización social con el gobierno de las Islas Baleares; que se espera que nos den un reajuste de 25% en el presupuesto fiscal de los próximos años; que se hizo una cuenta pública y que Bomberos es una gran marca y otras maravillas (según saludo de Año Nuevo del Presidente Nacional), es bien poco lo que se puede esperar, ya que no hay ningún comentario sobre qué se está haciendo por los cuerpos y los problemas que están teniendo, ni se desliza siquiera alguna inquietud.

Entonces cuando en la Junta se quejan que los cuerpos acuden a ella sólo para solucionar problemas económicos u obtener algún provecho por ese lado, están olvidando que cosechan lo que han sembrado, porque es en lo único en que actúa la Junta y soslaya los problemas que existen hoy, ahora.

Y ante los problemas, sobre todo administrativos de los cuerpos, no actúa, sólo alega que la autonomía de éstos le impide actuar. Y en parte tiene razón, ¿pero cómo queda ante las autoridades de gobierno?

Cómoda y peligrosa posición, que no se pretende corregir o al menos atenuar.

Hace mucho que estamos diciendo (antes que ATINA BOMBEROS), que la Junta se desprendió de los cuerpos de bomberos y alzó un alto vuelo, no todo lo profesional que se requería y utilizando muchos recursos económicos se transformó en una financiera comercializadora sin fines de lucro, de equipos para bomberos, preocupándose más de eso y de su imagen que de los problemas de los Cuerpos, que fue su razón fundacional como Junta Coordinadora.

Hoy son más importantes los problemas de gestión administrativa de los cuerpos que la parte económica y como ahí no se mete la Junta, lo hace la SVS.

Resumiendo:
Hay muchos cuerpos con problemas de gestión administrativa.
Hay varias localidades donde la situación institucional es peligrosamente difusa.
Las Ayudas Extraordinarias son cuestionadas por la SVS tanto en la forma como en el fondo, produciendo retraso en algunas reparaciones.
Hay demasiados pagos por concepto de ayuda a bomberos muertos o heridos accidentados en actos de servicios, que no se cursan por dudas que se le producen a la SVS o porque los cuestiona. Estos pagos van desde pensiones no pagadas a bomberos o sus familias hasta deudas con hospitales.
La SVS está revisando y cuestionando rendiciones de cuentas de años anteriores de los Cuerpos que han sido aprobadas por la Gobernación Provincial.
La Junta va por su lado, los Cuerpos por el propio y los Consejos Regionales quedan en el medio.
Hay una organización virtual que no funciona para las cosas realmente importantes.

Falta articulación del bomberismo chileno, falta redefinir la autonomía de los cuerpos, tanto para cumplir bien como para solicitar ayuda, falta una voz potente que los represente ante el gobierno, falta unión y solidaridad ante los problemas de administración.

Las autoridades superiores de gobierno hablan públicamente de las maravillas de los Bomberos Chilenos, pero no les pide su opinión y los funcionarios subalternos dicen y hacen lo que quieren.

Pero nadie está preocupado.

Entonces para qué me preocupo yo, que tengo 43 años de bombero y 61 de edad, si creo que ya he planteado todo lo que me inquieta y a nadie más le importa.

Creo que es mejor dedicarme a ser Bombero Honorario, asistir a mi Compañía, preocuparme por su bien, compartir con mis compañeros, jugar dominó, reírme y disfrutar esta etapa de la vida igual que todos.

Total, en una de esas , cuando me muera, todavía el sistema bomberil sea el mismo al que ingresé cuando joven.


ATINA BOMBEROS