26 octubre, 2007

To be, or not to be

Hace tiempo que en ATINA BOMBEROS hemos planteado la imperiosa necesidad de reformar los Estatutos de la Junta Nacional de Cuerpos de Bomberos de Chile.

Hemos dado varias veces las razones del por qué de esta urgencia y aunque parezca reiterativo y estéril volveremos sobre algo de lo que consideramos más inmediato.

Hay cuerpos que funcionan muy bien, bien, regular, mal y muy mal. Como en todo.

Lo malo es que la “organización bomberil” a la que se han adscrito voluntariamente los Cuerpos (artículo 5º de los Estatutos de la Junta Nacional), en el hecho es una centralizadora de compras - que además subvenciona obligadamente - que en lo económico representa a todos los Cuerpos ante las autoridades de Gobierno, pero que permite que los propios cuerpos se comuniquen directamente con las autoridades basados en su propia autonomía (artículo 3 letra c) de los estatutos).

Pero la Junta o los Consejos Regionales no tienen ningún tipo de atribuciones para denunciar o penalizar actitudes de cuerpos que no cumplen como se debe o que tienen actitudes reprochables de cualquier tipo. Osea pueden hacer algo pero los cuerpos si quieren lo acatan.


Hay casos que preocupan y molestan tanto a las autoridades de gobierno como a las bomberiles y que muchas veces perjudican gestiones de interés regional o nacional que se desarrollan, dando la impresión que no hay ninguna coordinación ni estructura entre los bomberos.

Por ejemplo, después de haberse presentado y aprobado un Proyecto Regional, aparecen oficiales generales de cuerpos de la región ante las autoridades de gobierno, para pedir alguna prebenda especial, no importando si perjudican a los otros, pasando por encima de la organización bomberil y además criticándola.

No importa por lo tanto cuánto se afecte uno o varios cuerpos si se logra conseguir lo que se desea o necesita. En una de esas basta conseguir el concurso de un parlamentario para ir directamente a la autoridad y ayudar a desarmar lo que colectivamente se está intentando.


La autoridad siempre atenderá antes al parlamentario que a los bomberos.

Ya lo hemos comentado varias veces en ATINA BOMBEROS por lo que no volveremos a los detalles, pero la verdad es que la solidaridad entre los cuerpos de bomberos es mínima y el egoísmo prima por sobre cualquier otra consideración: “Ándeme yo caliente y ríase la gente”

Tampoco puede ser que existan algunos cuerpos - pocos afortunadamente – que no cumplan con lo que exige la ley y las normas reguladoras y sigan estando considerados como Cuerpo de Bomberos sólo porque tienen personalidad jurídica, aunque no haya sido renovada por años, que como también lo hemos dicho tanto, se otorga por parte del Ministerio de Justicia con mucha facilidad sin importar la alta responsabilidad social que conlleva.

Cuando ocurren situaciones como las descritas, no hay sanciones ya que no hay obligación de respetar lo que hacen o solicitan los representantes nacionales o regionales.

Es la autonomía como la entienden muchos bomberos y las autoridades del Estado.

Como ningún estamento bomberil puede sancionarlos y por ley tienen derecho a las subvenciones que otorga el gobierno y a las Ayudas Extraordinarias, sólo puede sancionarlos la SVS al suspender esas ayudas si no están al día en las rendiciones, lo que en el hecho administra muchas veces a discreción.

También lo hemos dicho: Una real autonomía la consigo cuando por mis propios medios soy capaz de subsistir y desarrollarme bien, perdurando y creciendo en el tiempo. Si no es así ya no hay absoluta autonomía y por lo tanto al tener que depender de otros también me obligo a respetarlos y a acatar las normas colectivas.

Y para los cuerpos que reiteradamente están incumpliendo toda norma administrativa o de servicio, a las autoridades bomberiles nacionales sólo les queda pedir la disolución de éstos, que aparte de ser una medida muy dolorosa, es una gestión de dudoso éxito ante un ente externo a bomberos como es el Ministerio de Justicia, el que tendrá todo el plazo del mundo para tomar la decisión mientras una comunidad supone que está bien atendida por su cuerpo de bomberos.

Eso sucede por que los cuerpos de bomberos como instituciones autónomas y con personalidad jurídica propia sólo tienen derechos y no otras obligaciones que las que impone la ley, la que no considera lo bomberil.

Hay 309 instituciones autónomas (308 cuerpos y la Junta) que son independientes pero que sirven a la comunidad en lo mismo, procurando cada uno ser el mejor según su criterio y Dios nos libre de los que están a cargo de dirigentes que usan “el casco de la sabiduría”, que no son pocos.

Cada uno cree que puede hacer las cosas a su manera, que puede ser muy propia o especial, ya sea por ignorancia, soberbia o maldad. Y algunos representantes de cuerpos chicos son los peores, ya que los consideran como propios desde el momento que asumen.

Y los bomberos, en su estructura centralizada, no tienen atribuciones para corregir con penalización, ya que no existe en los estatutos.

Por supuesto que podría alegarse que la Junta y los Consejos Regionales tampoco tienen siempre a las mejores personas y que se han producido y se producen caudillismos basados en el poder que otorga manejar las platas y por lo mismo permanecer en el cargo por muchos años.

Lamentablemente esa es una verdad del porte de una catedral y no nos estamos refiriendo a nadie en particular , sino que a lo que hay en la actualidad. Si se revisan los años en el cargo de los actuales Presidentes Regionales, por ende Directores Nacionales, se puede constatar lo aseverado.

¿Y eso es bueno o malo?

A nuestro modesto entender malo. Pero hoy por hoy no hay ninguna limitación en los estatutos de la mayoría de los cuerpos ni en la Junta.

Eso lleva a una pregunta peor: ¿Es que no hay otros dirigentes preparados o disponibles por lo que hay que repetir los mismos?

¿O es sólo comodidad y compromiso recíproco de favores?

Lo indiscutible es que en muchos cuerpos no hay personas capacitadas para administrarlos y se las arreglan con lo que tienen, lo que significa que se hagan mal muchas cosas y se pierdan oportunidades de acceso a ayudas u otras gestiones, lo que perjudica un mejor profesionalismo de ese cuerpo y por lo mismo la imagen de la institución bomberil como un todo.

Y se pone a la estructura regional en una situación muy difícil: Ya que no tiene atribuciones para solucionar problemas o sancionar, ¿debe denunciarlo a las autoridades de gobierno?

¿Hay que meter al sistema público como árbitro o juez en una organización privada que debería tener las facultades para solucionar los problemas de sus “socios”?

En este aspecto hay que reglamentar y luego. Es un tema al que la Junta Nacional debe abocarse con una reforma de los estatutos, incluyendo supervisión efectiva y sanciones para todos los que no acepten que los Cuerpos tienen una tremenda responsabilidad social y deben respetar las normas legales e institucionales que se den, en todos los niveles: Oficiales nacionales, regionales y cuerpos.

Es un tema que seguramente deberá discutirse mucho pero hay que hacerlo e imponer disciplina.

Posiblemente será un fuerte intercambio de ideas entre los que creen que debe primar la tradición de caballeros de los antiguos Bomberos, que es la base de la eficiencia y prestigio actuales, versus una posición más pragmática que considera que la actividad bomberil forma un todo para las autoridades del Estado y la comunidad y que por lo mismo se beneficia, perjudica o amenaza sistémicamente.

Ante eso hay que intervenir bomberilmente. No salir a buscar a las autoridades públicas ya que es nuestro desafío actuar bien, en todo, como privados organizados que somos.

Y más ejemplos sobran, pero como es nuestra costumbre los guardamos porque el propósito de ATINA BOMBEROS es mejorar el servicio y la organización como bomberos voluntarios y privados con el que estamos comprometidos y que la comunidad percibe tan bien.

Una vez más reiteramos que gracias a Dios el servicio activo funciona razonablemente bien a lo largo y ancho de Chile y hay equipamiento y capacitación adecuados a las necesidades normales de las comunidades.

Otro punto importante:

Sabemos de la insistencia de algunos ex bomberos, muchas veces sancionados en los cuerpos en que participaron, que buscan formar nuevos cuerpos, por lo que acuden a los alcaldes, que desconocedores de cómo funciona el sistema bomberil, ven con mucho agrado tener un cuerpo propio en su comuna.

Y esto es una irresponsabilidad tremenda cuando se trata de crear nuevos cuerpos en comunas donde existe un servicio prestado eficientemente por un Cuerpo que tiene su Dirección General o Cuartel General (depende como se le llame) en una comuna diferente.

En un caserío alejado de otros centros poblados, que va creciendo de a poco se puede formar un cuerpo, que seguramente será integrado por los lugareños y tendrá el equipamiento que se pueda y ambos se desarrollarán de acuerdo a las necesidades y recursos disponibles.

Muy diferente es instalar un nuevo cuerpo en una zona densamente poblada o industrializada ya que requiere profesionalismo y voluntarios capacitados, con experiencia y bien equipados, que es lo que normalmente entregan los cuerpos con antigüedad como el que lo atendía.

Cuerpos nacidos a la mala siempre tendrán problemas con los que inevitablemente tendrán que acudir a socorrerlos en una emergencia, porque el mando lo tendrá el que no tiene experiencia (el dueño de casa) y el que la tiene más los medios y equipos adecuados debe ponerse bajo sus órdenes, según el ordenamiento bomberil.

No es simple la labor de bomberos y si se cree así hay un serio problema.

Los Cuerpos con un historial centenario o de decenas de años tienen un carácter diferenciador que dan justamente los años de trayectoria, que llamamos tradición, que implica normas de conducta, de caballerosidad, de honor y compañerismo que se traspasan a los Bomberos junto a la capacitación operativa y constituyen los principios y valores fundamentales para este servicio.

Así no cualquiera puede ser Bombero y aunque se den algunas excepciones dolorosas, éstas son mínimas comparadas con la gran mayoría, donde prima la decencia y el honor.

Un Bombero no es sólo una persona que voluntariamente ingresa a una Compañía de un Cuerpo, se capacita, acepta la disciplina y aprende a apagar incendios, hacer rescates u otras especialidades. Es una persona correcta, que además ha recibido valores, ha aprendido la historia del servicio, de sus antepasados, de los Mártires y entiende la actividad como una vocación, donde lo importante es servir y no servirse de su condición de Bombero.

Y eso no se da cuando algunos simplemente se reúnen para formar un cuerpo y obtienen su personalidad jurídica y por ende su autonomía, cuando ni siquiera les han hecho un examen teórico.

Pero se sigue dando y las autoridades del Estado no se sienten responsables ya que consideran como simpático que haya gente interesada en ser bombero, no importando dónde ni cómo y sin medir las consecuencias.

Lo hemos dicho antes y lo reiteramos: Es increíble que en el Siglo XXI, haya en Chile alcaldes que sigan pensando que basta tener un cuerpo de bomberos propio para sentirse bien, no importando cuánto pierden al quedar sólo protegidos por él.

Es como armar una policía propia, - que constitucionalmente no se puede - que con sólo su voluntad y los medios que tenga, pueda proteger a una comunidad. Pero con los bomberos, habida la diferencia, sí se puede. Es una irresponsabilidad.

Y los bomberos estatutariamente no pueden hacer nada por prevenir y detener esas acciones, porque están “amparadas” por la Constitución.

No se trata de cambiar la Constitución sino de normar la formación y funcionamiento de los Cuerpos de Bomberos, pero para eso se necesita una ORGANIZACIÓN que tenga fuerza y se haga oír ante el Estado.

Una organización que tenga reglamentos que disciplinen internamente la actividad de todos, desde el Presidente Nacional hasta el último bombero recién ingresado, respetando por supuesto los Cuerpos y su autonomía, pero que den forma a un ente cohesionado y articulado que represente de verdad el Sistema Bomberil Chileno.

Solo así se podrá hablar con las autoridades del Estado con propiedad, sabiendo que todos los cuerpos están alineados de acuerdo a unos Estatutos Nacionales y comprometidos en realizar su buen servicio a nivel país en forma voluntaria y profesional garantizando niveles de calidad en todas partes y en todo sentido.


ATINA BOMBEROS