06 julio, 2006

Intentando aclarar algunas percepciones


No es el propósito de ATINA BOMBEROS el hacerse cargo de las opiniones de las personas que colaboran con sus ponencias en este blog, porque son opiniones y por lo mismo respetables, pero sí creo importante intentar aclarar algunos hechos que de no reconocerse crean perspectivas o percepciones discutibles, sobre todo cuando son responsablemente firmadas. Me refiero en este caso a los comentarios de don Luis Altina incorporados en el artículo anterior.

Antes que nada creo que todos estamos de acuerdo en que ha sido y es indispensable para los Bomberos chilenos tener una representación única ante las autoridades de gobierno, primero porque el gobierno exige un interlocutor que represente a los 307 cuerpos que existen en este minuto, segundo porque resultó perjudicial para los cuerpos no tener esa representación cuando en los años 60 había varios, grandes y pequeños, a punto de terminar con su servicio por falta de medios y tercero porque se entiende que la unión hace la fuerza.

Antes que se formara la entonces Junta Coordinadora Nacional de Cuerpos de Bomberos, se habían hecho varios intentos de agrupación por parte de los cuerpos, los que habían sido infructuosos entre otras razones por la famosa y mal entendida autonomía de los cuerpos que les permitía accionar directamente con las autoridades, con lo que se beneficiaban unos pocos y muchos eran ignorados.

Con harto esfuerzo se logró acordar algunos puntos que con el tiempo llegaron a quedar por escrito en los estatutos de la actual Junta Nacional, venciendo muchas resistencias y desconfianzas, lo que se puede comprobar al leer algunas referencias históricas al respecto.

Hay que reconocer y agradecer al Dr. Guillermo Morales Beltramí, Superintendente del Cuerpo de Bomberos de Santiago por los años 70, su visión holística de la problemática bomberil chilena y la generosa actitud de su Cuerpo, ya que era el que tenía mejor llegada ante el gobierno y era considerado por éste como el representante de todos los bomberos chilenos en las comisiones que funcionaban en esos tiempos.

A la fundación de la Junta en Mayo de 1970 concurrieron varios cuerpos más y en su primer directorio estuvieron presentes además de Santiago que la presidió, los superintendentes de Valparaíso, Coquimbo, Melipilla, La Cisterna, San Miguel y Nuñoa con don Octavio Hinzpeter como vice presidente.

Debido a problemas de salud, don Guillermo Morales renunció, siendo elegido desde 1971 en adelante el Sr. Hinzpeter, quién debió llevar el peso de la consolidación de la naciente articulación bomberil y su proyección hasta lo que tenemos hoy, lo que sin dudas representó un enorme esfuerzo que se vio coronado por la tan diferente situación en que se encuentra hoy el servicio bomberil, lo que todos también debemos reconocer y agradecer hidalgamente.

Dejo hasta aquí esta referencia a la historia de la Junta que me pareció de justicia recordar, para reflexionar sobre algunas de las inquietudes de Luis Altina y de otros participantes en este blog.

No puedo entrar a discutir o defender varias de las afirmaciones o acusaciones que se exponen en este comentario y en otros anteriores ya que son personales, algunas de ellas también compartidas por otros bomberos y yo no tengo los antecedentes ni para apoyarlas ni para rebatirlas. Lamentablemente los rumores son tan comunes entre las personas, incluidos los bomberos, que de tanto repetirlos parece que cobraran realidad.

En el caso mío y en este ATINA BOMBEROS sólo hago afirmaciones que puedo comprobar y de lo demás, parodiando a Sócrates: “No sé cuánto no sé”

Pienso que habiendo partido prácticamente de cero, con cuerpos sin recursos y endeudados, a través de cinco gobiernos de Chile de bastantes diferencias ideológicas en 36 años, se avanzó una enormidad, ayudando eficientemente para que la actividad bomberil llegara a un muy buen nivel en cuanto a eficiencia en el servicio, infraestructura, material mayor y menor, capacitación de los bomberos y elementos de seguridad personal.

Que falta mucho todavía no hay dudas, pero que se avanzó muchísimo es innegable.

Que pudo hacerse más es muy posible, pero es más posible que pudiera haberse hecho mucho menos.

Que hartos piensen que muchas cosas pudieron hacerse de diferente manera también es cierto, pero sumando y restando lo importante es ver cuanto se hizo y con cuanta creatividad y esfuerzo.

También podría decirse que los gobiernos unipersonales obtienen resultados más rápidos y expeditos que los democráticos, pero con otros inconvenientes, etc. En fin...

Es muy difícil imaginar una realidad bomberil chilena porque no la hay y para cerciorarse de eso hay que ver a los cuerpos desde una perspectiva global, ya que son tan diferentes unos de otros como es la topografía de la patria entre uno y otro lugar.

También son tan distintas las necesidades del servicio, los medios y las personas con que se cuenta para cumplirlas eficazmente...

Y cuántos se han aprovechado de la buena fe y desconocimiento de algunos dirigentes bomberiles... Y cuantas cosas se hacen mal por parte de los bomberos...

Por otro lado el hecho que los bomberos no contemos con recursos del Estado suficientes para planificar a mediano y largo plazo y no estar siempre “apagando incendios económicos”, no permite avanzar hacia una mejor distribución de los recursos y por lo mismo aminorar las brechas que existen. Por el contrario alienta a que las diferencias se agranden de acuerdo a los recursos que cada cuerpo e incluso cada compañía puedan obtener de sus voluntarios, de sus comunidades, de sus municipalidades, de sus autoridades políticas regionales, de las colonias extranjeras que representan algunas compañías, etc.

Por eso administrar esa diversidad es muy difícil y por lo mismo siempre he opinado que para intentarlo con éxito, o se tiene una gran experiencia como ha sido o debe normarse para que otros puedan colaborar en la eficacia de la gestión.

Y para eso están las estructuras que existen en la organización y que para mi gusto no funcionan como deberían, ya que no están articuladas sólidamente y potenciadas, pero ese es otro punto que se ha tocado en otros artículos.

Volviendo a los comentarios recibidos, se puede opinar de muchas maneras, pero no puede olvidarse la responsabilidad de cada bombero en la elección de sus autoridades, como sucede en todas las elecciones por lo demás.

Salvo raras excepciones que conozco, normalmente las elecciones en los cuerpos son democráticas de acuerdo al reglamento que los rige, votando cada uno por el Oficial que desea que lo represente. Si salió otro es parte del juego democrático y habrá que colaborar con él, porque primero está la institución y cuando corresponda, votar por otro que se crea que puede hacerlo mejor. Ninguna novedad pues.

Lo mismo sucede con los cuerpos cuando votan por los oficiales regionales y éstos por los nacionales.

Por lo anterior, y considerando que las elecciones son secretas, si una persona es reelegida muchas veces es porque sus pares consideran que lo está haciendo bien o porque no hay otro candidato que tenga un mejor perfil y no necesariamente porque quiere perpetuarse en el poder. Estoy de acuerdo que es preferible la renovación periódica de las autoridades.

Normalmente tampoco se conoce por los bomberos en general cuantos superintendentes de cuerpos están por muchos años a la cabeza de éstos. Puedo asegurar que son numerosos los que tienen mas de 20 años en el cargo. ¿Caudillismo personal u obligado? ¿Uso y costumbre bomberil?

Por otro lado también obviamos la falta de disposición de algunos cuerpos en colaborar más en otras instancias que podrían significar mayor o mejor representación y gestión en ésas. En muchos casos se da que algunos dirigentes de un cuerpo participan y otros no. No hay políticas al respecto, es acción o dejación de los superiores. Lo malo es que algunos cuerpos también critican, pero no plantean oficialmente sus discrepancias ni se incorporan para tratar de corregir desde adentro lo que encuentran mejorable.

Ciertamente que de todo lo que pase o no pase, son responsables los Cuerpos y sus Directorios, porque ellos generan la organización hacia arriba, pero muchas veces no se toma conciencia de eso.

Al igual que en muchas ocasiones en la vida, todos sabemos que es más fácil y cómodo sentarse en la fila de atrás en una reunión de compañía o de directorio y desde allí criticar, que estar dirigiendo o formando parte de la oficialidad y dedicando más tiempo y esfuerzo que los otros a la actividad que convoca.

Yo al menos no tengo claro si el trabajo, los malos ratos y preocupaciones del que ejerce el mando de una institución que se quiere tanto como los Bomberos, es compensado por el honor, la satisfacción y el poder que le da su representación.

Veamos qué sucederá con los cambios que se producirán en la Junta Nacional, de acuerdo a lo que se menciona en su página web y colaboremos con entusiasmo, responsabilidad y generosidad, ya que a todos nos interesa que nuestra institución sea cada día mejor.
ATINA BOMBEROS

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Don Domingo:
Gracias por referirse a mi comentario, como le decía es mi opinión. Quiero ser respetuoso y no caer en la descalificación fácil, por lo mismo siempre firmo mis comentarios.
Mi intención era generar el debate frente a una situación que es discutible y que usted muy bien ha venido exponiendo en su Blog, cómo reemplazar el liderazgo del exPresidente Nacional. Ahora, sin duda, uno no puede desconocer que la Junta de los '70 no es la misma de hoy, pero se podrá endilgar todo el crecimiento de lo bomberos a la Junta? Es discutible, usted tiene razón Hinzpeter no es el único bombero que ha ejercido el cargo por años. Mi ex compañero del C. B. Arica Abel Rojas lleva años como Super en Calama y es hoy Director Nacional, y sin duda nadie discute su exitosa tarea. Lo que quiero poner en el tapete es que para que alguien sea elegido tantas veces, hay alguien que lo elige todas esas mismas veces y ahí esta el detalle, un líder debe dar cabida a los nuevos liderazgos, motivando a que se trabaje unido en la consecución de lo propuesto, pero qué pasa, con estas situaciones al final genero escasa motivación en los voluntarios para querer continuar el trabajo y al final solo se desarrolla la apatía, la desidia y la germinación de comentarios que siempre empañan cualquier esfuerzo.
La institución de bomberos debe estar basada en políticas claras de gestión, de acceso a los cargos, de promoción de valores; y no en la continua crítica, la descalificación fácil de lo hecho por el antecesor en un cargo.
Bomberos para mí, recoge los más sentidos valores de una sociedad, pero no por ello va a tener una tarea fácil, se deben poner los mejores esfuerzos en hacer más profesional esta labor, en recoger lo más valioso de la administración moderna y ponerla al servicio de esta tarea, generar cambios en el sentido de buscar a los mejores para los puestos de responsabilidad y que aquellos que ya pasaron no vean un riesgo en esos esfuerzos si no todo lo contrario, vean la oportunidad de una mejor institución en la que se mire por ella y el servicio fundamental que se presta a la comunidad; y no las mezquindades de defender una sola compañía o grupo pequeño de ellas.
Le agradezco la oportunidad de discutir estos temas, yo hoy en día estoy fuera de los bomberos, pero no por ello no me interesan, al contrario me gustaría verlos siempre en el más alto nivel y alcanzando más y mejores metas, no solo materiales sino humanas.
El salto a un estado mejor está en los propios bomberos, especialmente en aquellos que vibran con el servicio y que no son mezquinos y dan lo mejor de sí para sacar adelante a la institución.
Gracias y un fraternal saludo para usted y mis amigos de la TERCERA


LUIS ALTINA V.

7/7/06 15:49  

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