04 junio, 2008

De tumbo en tumbo *


Ahora que está publicado en los sitios oficiales por ambos lados, podemos comentar en ATINA BOMBEROS, el complicado entredicho que se ha producido a raíz de la carta que envió el Cuerpo de Bomberos de Santiago a la Junta Nacional haciéndole ver su desacuerdo por la forma en que se puso término al contrato con la concesionaria del campo de entrenamiento y que tanta molestia ha causado a los bomberos chilenos.

Se comenta desde hace dos meses en toda reunión bomberil y qué decir de los chats en que participan bomberos con seudónimos. Hay una indignación muy grande y se culpa con o sin razón a algunas personas por lo sucedido.

La carta del Cuerpo de Santiago fue muy clara y la respuesta de la Junta, muy bien hecha, pero sin contestar el punto de duda: ¿Por qué se pagó ese monto tan alto?

De ahí surgen otras preguntas como ¿Cuales fueron las tantas dificultades insalvables con Emtak?

¿Por qué el Directorio Nacional se demoró cuatro años en aprobar los manuales de instrucción si los recibió a tiempo? ¿O no los recibió oportunamente de acuerdo al contrato? ¿Quién es responsable de la tardanza?

Lamentablemente no es posible ver en la página web de la Junta - en los resúmenes ejecutivos de las sesiones de directorio y consejo ejecutivo - los acuerdos del Directorio en las sesiones en que se trató el tema según la carta respuesta, ya que no se mencionan en las que se publican y menos se puede saber de otras que no están publicadas, por lo que o se obvió por poco relevante o se consideró preferible no darlo a conocer.

Esas son decisiones del directorio y por lo tanto no nos compete comentar al respecto, entendiendo que si al final se llegó a la alta indemnización mencionada, fue resultado de un intenso y profundo debate en que se evaluaron todas las dificultades y posibilidades de deshacer el contrato y que debe estar detallado en las actas oficiales pero que no se publica.

Cuando se estudia sobre Negociación, se aprende, muy en resumen, que existen tres tipos muy marcados y diferentes: Ganar – ganar; Ganar – perder y Perder – perder.

Podrá elegirse uno de los tres tipos dependiendo del propósito de la negociación, de las circunstancias y del interés sobre el futuro de la relación entre las partes.

Obviamente Ganar – ganar es el óptimo, ya que ganan ambas partes después de ceder en aspectos menos cruciales y la relación queda en muy buenas condiciones, augurando futuras y provechosas negociaciones positivas. Todos contentos.

Por el contrario Ganar – perder significará que una parte aprovecha el momento o la debilidad de la otra para obtener todo lo que desea en su objetivo, sin importarle el futuro de la relación ya que unos quedarán felices y los otros todo lo contrario.

Por último Perder – perder es negarse a aceptar los argumentos importantes del otro y llegar a un acuerdo obligado que perjudicará a ambos. Aunque en un principio parezca que fue un ganar – perder, llevará al término de la relación. Por ejemplo cuando una empresa en mala situación de competitividad debe acordar condiciones muy buenas para los otros - trabajadores o proveedores - que la llevarán a la quiebra y ahí todos perderán.

Pero son las formas de negociar que existen y cada uno elige lo que le convenga dependiendo del futuro que le interese.

Por otro lado hay que considerar que algunas veces las empresas pagan indemnizaciones superiores a lo legal cuando quieren deshacerse de alguien muy negativo para sus intereses o quieren comprar un silencio o también cuando desean premiar un muy buen desempeño de alguien que debe alejarse involuntariamente.

Pero en todos los casos siempre hay una razón de peso para que alguien indemnice sumas que parecen excesivamente altas.

Y eso es lo que no queda claro: ¿Cuales serían las razones para pagar en este caso? ¿Qué se hizo oficialmente para solucionar las dificultades insalvables que llevaron a la Junta a pagarle casi el triple de la inversión hecha a Emtak? Porque el deseo de los bomberos en "recuperar" el Campus no vale tanto...
Por ahí debe estar la clave. Para alguien que no tiene muchos antecedentes pareciera que la Junta es la que no cumplió y debió aceptar perder. Pero ¿Habrá incumplido tanto?

Cuando se dice que los manuales se demoraron cuatro años en ser aprobados cae de cajón preguntarse por qué, ya que había un plazo de seis meses para hacerlo, por lo que alguien no lo hizo oportunamente y aparentemente nadie lo exigió.

En todo caso el Directorio Nacional debería tener la película bien clara, pero el resto de los bomberos, incluido el Cuerpo de Santiago por cierto, no, ya que incluso en su carta cuestiona la facultad del Consejo Ejecutivo de tomar decisiones de esa importancia sin la previa autorización del Directorio, a lo que en su respuesta la Junta expresa que a su parecer sí la tiene.

Nuevamente nos vemos en la necesidad de insistir que una institución que es grande por los recursos económicos que administra, debería también ser grande en su forma de actuar, profesional y trasparente y contemplar claramente las atribuciones, obligaciones y responsabilidades para todos sus estamentos y miembros.

No podemos comprender en ATINA BOMBEROS que no quiera mejorarse la institucionalidad que da el actual Estatuto, que tiene tantos vacíos. Se ha hablado de hacerlo pero no se insinúa siquiera un interés. La última vez fue hace dos años y nada. Incluso que no importe que la Asamblea Nacional en el año 2001 acordó que se hiciera un Reglamento Nacional y un Director se hizo responsable de confeccionarlo y después de siete años no se haya hecho nada.

No estamos ni siquiera insinuando que lo sucedido y comentado en este artículo amerite una sanción ya que no sabemos qué pasó y no nos corresponde juzgar tampoco, pero si la Asamblea decidiera que éste u otro caso pasara al Tribunal de Honor, tampoco podría hacerlo ya que sólo puede ver casos de Cuerpos y no de dirigentes o estamentos de la Junta.

Y casos han habido, como el de un Director Nacional, que en su calidad de Superintendente de su Cuerpo instaló una Brigada (hoy segundo Cuerpo en la misma locación) en una Comuna atendida por otro Cuerpo, provocando un conflicto que terminó con la renuncia a la Junta del cuerpo afectado. Y no se podía sancionar. Sólo infructíferas exhortaciones.

Que un dirigente de un cuerpo acuse por la prensa a otro y se produzca una polémica entre los propios bomberos, o que otro comandante obligue a retirarse a otro cuerpo en una emergencia y la Junta nada diga, obliga a pensar que por lo menos debiera existir un protocolo de respeto entre los bomberos, ya que la ciudadanía no tiene por qué saber que somos 308 cuerpos autónomos y que podemos actuar libremente.

Que aparezcan dos autoproclamados Directores de una misma región a una asamblea es paradojal, pero ¿por qué se llega a eso?

¿A quién le importa la cantidad de reclamos que resuelve el Ministerio de Justicia en contra de los cuerpos por malas decisiones?

¿O que la SVS campee entre los Cuerpos?

La actitud de preocuparse solamente de lo económico o del equipamiento bomberil es insuficiente si se quiere profesionalizar de verdad un servicio como el nuestro. Deben existir normas obligatorias que otorguen derechos e impongan deberes para todos.

Lo hemos dicho hasta el cansancio, en los bomberos hay gente de todo tipo, más y menos preparada, con más o menos experiencia, por lo que hay que normar para que los parámetros de movimiento sean menores.

Pero no hay interés por hacerlo.

Por otro lado se dicen, se discuten y aparentemente se aprueban acciones en el Directorio, pero no se Acuerdan, como pasó con el aumento en los aportes para adquirir carros, en lo que actualmente hay una nebulosa. ¿Por qué?

Hoy si alguien pregunta cuál es el aporte para adquirir un determinado carro que está en el contrato marco, tiene que llamar a la Junta ya que por lo menos en la Quinta Región no se sabe, aunque en un proyecto aprobado para dos o tres cuerpos, el Core aprobó aportes distintos.

Lo más probable es que la Junta aprobará lo propuesto por el Core para no perder la oportunidad de que esos cuerpos cuenten con nuevos carros, pero ¿No debería ser al revés? ¿No es Bomberos de Chile la Institución Técnica Responsable?

En resumen, alergia a normar, a reglamentar, a fijar condiciones, a tener políticas y procedimientos: A DELEGAR. Se sigue igual, personalizando, centralizando sólo lo económico en Santiago y los otros aspectos y las regiones bien gracias.

Y el Directorio, formado por los Presidentes Regionales, aparentemente está de acuerdo y aprueba todo. Parece que es mejor seguir entendiéndose directamente y solicitar favores que manejarse con reglas claras que permitan actuar consistentemente en todas partes.

Entonces todo está bien así. Todos felices. Para qué cambiar los estatutos. Basta estar bien con Santiago. Aprobando todo se ganan indulgencias.....

* El título de este artículo recoge la frase de un querido y recordado bombero que cuando no estaba de acuerdo en como estaban administrando los Oficiales decía: “Esta Compañía va de tumbo en tumbo”

ATINA BOMBEROS