09 noviembre, 2005

La cuestionable autonomía de los Cuerpos de Bomberos


Según el Diccionario de la Real Academia, entre otras acepciones que no vienen mucho a este caso, AUTONOMIA significa: ”Estado o condición del pueblo que goza de entera independencia política”, o “Condición del individuo que de nadie depende en ciertos conceptos”.

Creo que en general y en los Bomberos en particular, se utiliza en forma demasiado ligera la palabra autonomía.

La Personalidad Jurídica en sí no produce autonomía. Es sólo un reconocimiento de la existencia de un grupo que se organiza para un objetivo.

En los Cuerpos de Bomberos hay una interdependencia con la comunidad, el conocimiento del tema, los medios con que se cuenta, el financiamiento, la legalidad vigente, la responsabilidad y la eficiencia en general.

La comunidad sólo reconoce Bomberos, no tiene por qué interesarle a qué Cuerpo o Compañía pertenecen, ni si están bien capacitados y equipados.

Partiendo de este pensamiento, que podría ser sólo personal mío y discutible por cierto, desarrollo parte de mi preocupación ante este delicado tema.

Cuando un grupo de personas que lo desea, recibe la personería jurídica, pasa a ser un Cuerpo. En ese momento proclama su autonomía y si quiere, solicita a la Junta Nacional ser incorporado a ella y por supuesto pide que se le considere en la subvención anual.

Después vendrán los demás pasos, conseguir medios para extinguir incendios, un carro, uniformes de trabajo, capacitación, etc.

Y ya será un Cuerpo de Bomberos tan autónomo como los otros, por lo que tomará sus decisiones en forma autónoma.

Ninguna autoridad o institución bomberil podrá supervisar el funcionamiento de ese Cuerpo y si se hiciera, el Cuerpo puede acatar o no lo que se informe.

Y lo mismo pasa con toda la organización, se habla mucho de autonomía, pero en el fondo no existe ni puede existir, ya que partiendo por el financiamiento es indispensable la relación con el Estado y la Municipalidad; para el servicio se necesita de conocimientos y medios específicos y caros; de coordinación con otros Cuerpos, etc.

Reconociendo que gracias a Dios en la mayoría de los casos se funciona bien, hay veces en que basados en esa mal entendida autonomía, los que ostentan el “casco de la sabiduría” toman originales decisiones o posiciones, algunas veces malas, sin ver que los Bomberos deben funcionar como un sistema dentro del gran sistema que es la Nación. Con esto se pelean con otros bomberos, o con el Alcalde, o no cumplen con las leyes o cometen o permiten que se cometan ilícitos, creándose situaciones graves y peligrosas que cuando explosionan ya son inmanejables para el Cuerpo.

Urge que se coordine el sistema bomberil como un todo, al nivel que se determine, ya sea nacional, regional o provincial o por niveles de Cuerpos, porque una autonomía total es impensable, toda vez que se da cualquier tipo de problemas y éstos rebotan a todos los Bomberos, como la falta de equidad en la administración de disciplina o el mal manejo financiero que son los mas graves y ocurrentes.

Por ejemplo, algunas veces aparecen inescrupulosos que ofrecen gangas a los Cuerpos, los que muchas veces las compran, incluso comprometiendo futuros ingresos y después se encuentran que fueron engañados o que lo adquirido no era lo que pensaban o no sirve. O se compran vehículos usados que no tienen su documentación adecuada, con lo que no pueden inscribirlos a su nombre o rendir cuenta de los dineros gastados.

Ahí se pide ayuda, pero siempre queda un sabor amargo y más de alguna vez un problema insalvable o un compromiso indeseado con alguien. Aquí sí que se pierde autonomía.

Se ha visto una actitud de abierta intervención en la actual estructura nacional por parte de la Superintendencia de Valores y Seguros, que invita a los Cuerpos, justamente a que basados en su autonomía, se marginen de la Junta Nacional y actúen directamente con ella.

El sistema bomberil nacional actual no es perfecto ni mucho menos, pero existe. Debería mejorarse en una serie de aspectos, pero mientras esto no suceda debe respetarse igual, tanto por parte de los Bomberos como por las autoridades del Estado.

La autonomía requiere ante todo responsabilidad. Es natural que uno anhele ser lo más independiente posible, pero debe moverse dentro de parámetros. Deben ser amplios, pero límites al fin y al cabo, que den garantía.

Nuestra labor es demasiado importante como para que cualquiera crea que puede hacerla bien y a su particular manera, dejando abierta la puerta para que terceros puedan intervenirnos.

La Junta Nacional en sus estatutos, entre otros objetivos establece la coordinación entre los Cuerpos y las autoridades de gobierno y entre los Cuerpos, etc. velar por el servicio, etc., pero sin utilizar ningún verbo imperativo, lo que indica que cuando se establecieron los estatutos, los Cuerpos que participaron, tuvieron especial cuidado en la función coordinadora de la Junta, tal como se llamó en un principio, y no en una labor ejecutiva y centralizadora de la actividad bomberil.

Da la impresión que en esa “negociación” el peso relativo de los Cuerpos más grandes se hizo notar, prevaleciendo la autonomía por sobre el concepto de buen servicio, sobre todo de los cuerpos de menores recursos o los que en el futuro se crearían.

Otro ejemplo es la diversidad de emergencias en que deben actuar los Bomberos: Incendios, rescates, incidentes químicos y otras. Justamente eso requiere de especialización es decir contar con personas capacitadas y herramientas adecuadas para lo que se necesita, con un estándar de eficiencia mínimo a nivel nacional, lo que no siempre está garantizado sobre todo en los territorios de los Cuerpos mas pequeños, ya que todos pretenden tener todas las especialidades, sin coordinar con otros Cuerpos cercanos que pueden tenerlas bien implementadas.

Se pierde por lo mismo la buena especialización de cada Cuerpo en un aspecto, y la complementación mutua que proporcionaría un mejor servicio.

Basta que un Alcalde les otorgue los fondos para hacer el aporte correspondiente a las herramientas para que adquieran la especialización. Aunque los Bomberos son bien responsables respecto a la capacitación, nadie evalúa la calidad de ésta.

Por suerte no han habido mayores juicios por responsabilidad civil de los Bomberos, pero en cualquier momento podrían haberlos y no sé hasta donde será suficiente en estos tiempos argumentar que se hizo lo mejor posible o que a lo imposible nadie está obligado.

Lamentablemente las relaciones entre Cuerpos vecinos no siempre son las mejores, principalmente por problemas de límites o celos profesionales, lo que hace perder tiempo y esfuerzos humanos y económicos.

Esto se ha ido agravando en concomitancia con el concepto “constitucional” que cualquiera puede formar un Cuerpo de Bomberos autónomo, sin que las autoridades de gobierno reflexionen en que se va a crear un servicio de utilidad pública y no un club deportivo o social.

Por otro lado, afortunadamente varios Cuerpos han establecido protocolos de servicio con sus vecinos, lo que ha sido muy provechoso. Pero aún queda mucho por hacer...

Recientemente y dando un gran ejemplo de visión bomberil amplia y futurista, los Cuerpos de La Cisterna y San Miguel se fusionaron en el Cuerpo Metropolitano Sur.

Falta un rol de coordinación obligatoria para los Cuerpos en el aspecto bomberil y la Junta Nacional no ha avanzado en ese aspecto, ya que hasta donde sé, no se ha trabajado en buscar acuerdos para reglamentar aspectos de la necesaria interrelación entre los Cuerpos, quizás por un excesivo respeto a la autonomía de éstos.

En su estructura la Junta Nacional tiene un Tribunal de Honor, que actúa en pocos pero importantes casos, y que está formado por Bomberos de importante trayectoria en diversas regiones, pero al final, los veredictos o sanciones que emita son más bien morales, ya que pueden ser o no acatados por los Cuerpos, sin que ello les traiga ninguna consecuencia, pues por su autonomía siguen siendo lo mismo que antes y tienen el amparo de la Ley.

Existe también una estructura Regional y Provincial de Bomberos de Chile, donde los Superintendentes deberían participar activamente compartiendo las realidades, experiencias y necesidades de sus Cuerpos, pero no siempre ocurre. Es más, algunos simplemente los ignoran.

Por otro lado también existen los Consejos de Comandantes, es decir la parte operativa, pero son asesores del Consejo Regional y en el fondo sirven de bien poco, ya que incluso si quieren coordinar actividades en conjunto, como capacitación o simulacros para combatir incendios que afectan a varios Cuerpos, sólo participarán los que lo deseen.

No importa que en las mismas glosas de la Ley de Presupuesto se establezca que debe seguirse un proceso de Ayudas Extraordinarias (“AYUDAS”) en que participan los Consejos Regionales. La Superintendencia de Valores y Seguros autoriza directamente si quiere.

No estoy postulando que deba irse a un sistema bomberil único para todo Chile, pero sí que debiera existir una Coordinadora rectora que se preocupara de todos los problemas bomberiles a nivel nacional, que pudiera garantizar que se mantengan estándares de servicio adecuados a las necesidades de las distintas comunidades.

Lo anterior no involucra tener carros de última generación o uniformes de trabajo flamantes, sino tener la suficiente gente capacitada y material de trabajo para lo que requiere el servicio, que haya orden administrativo, reglamentos, garantía para los Bomberos, etc. en una palabra PROFESIONALISMO en el servicio y adecuado a las necesidades.

Se puede dar y se da el caso que comunidades pequeñas pero con autoridades interesadas en los Bomberos, vía diferentes proyectos construyen cuarteles desproporcionados para las necesidades y también se comprometen a hacer los aportes necesarios para obtener un carro nuevo, lo que se concreta o no, en forma independiente a si es necesario.

Claramente aparece la falta de equidad en el sistema porque en otras localidades vecinas, con mayores necesidades, si al Alcalde no le importan mucho sus Bomberos, o está molesto con alguno, simplemente no le da recursos. Hace años se solicitó a la Asociación Chilena de Municipalidades que escuchara a los Bomberos en una presentación al respecto, lo que por supuesto fue acogido, pero nunca se realizó.

Nadie, desde el punto de vista bomberil, tiene poder para entrometerse en una situación que está amparada por la autonomía y esto mismo permite a las autoridades manejar las necesidades de los Bomberos, o prometerles ayudas que nunca llegarán.

Obviamente continuar con una autonomía así entendida, lo único que hará será debilitar el bomberismo chileno y de eso se aprovechan personas de diferentes sectores del quehacer nacional.

Si entre los Bomberos no somos capaces de coordinarnos eficazmente, llegará el día en que el Estado lo haga por nosotros, como sucedió en Perú.

Es necesario que se presente a las autoridades del Estado un proyecto serio y documentado que los obligue a buscar una solución aceptable para todos, en forma global, que contemple aspectos legales, bomberiles y financieros, que a su vez sean exigibles a las dos partes. Será un trabajo difícil y lento, pero hay que comenzarlo luego ya que es urgente.

Seguimos con el mismo espíritu de nuestros antepasados, pero con una realidad socio económica cultural muy diferente, por lo que las mentes bomberiles y estatales deben abrirse y aceptar que deben hacerse cambios importantes, para adecuarse a los nuevos tiempos y responsabilidades civiles que inevitablemente aparecerán.

No bastan las palabras de buena crianza o agradecimientos a la labor altruista y abnegada de los Bomberos que expresan las autoridades.
Se requiere de acción y ya.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Estimado Domingo

Hace pocos dias me he enterado de vuestro Blog. Me parece muy interesante este espacio de discusion abierto a temas globales e interesantes del quehacer bomberil.
Espero en un breve lapso de tiempo poder realizar algunos comentarios en alguno de los temas propuestos.

Mis sinceras y fraternales felicitaciones

Claudio Caceres

11/11/05 16:13  
Anonymous Anónimo said...

Don Domingo, comparto sus comentarios, especialmente lo relacionado a la cercanía de Dios con los bomberos. Como dice al final de este comentario, las palabras de buena crianza se irán terminando pasando a exigirnos que cumplamos profecionalmente nuestro trabajo bomberi, llegando incluso a la justicia, para lo cual es evidente el cambio en la mentalidad y dejar, en este tema, de hablar del pasado.
Debemos ya prepararnos para el futuro, pero ya.

26/12/05 11:26  
Anonymous Anónimo said...

Felicitaciones desde Canada,
un Blog como éste es necesario en todas partes del mundo...
Francisco
desde Canada

30/12/05 17:20  

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